La nueva Ley de Medios sancionada el sábado 10 de octubre por el Congreso Nacional y promulgada inmediatamente por Poder Ejecutivo, genera reacciones diversas. El macrismo, por ejemplo, presentó en la Legislatura porteña un proyecto de ley para regular la televisión por cable, mediante la cual crea una versión distrital del Comité Federal de Radiodifusión. Algunos anticipan que el gobierno Nacional irá ahora por la prensa escrita.
El proyecto macrista para regular la televisión por cable que crea una versión distrital del Comfer fue presentado un día antes de la sanción de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. El Secretario General del Gobierno porteño, Marcos Peña, explicó que lo que se quiere es “reivindicar el espíritu de la Constitución y de la Ley nacional que permite que las provincias regulen alguno de los servicios, como el cable, que tiene que ver con el territorio de la Ciudad. Básicamente ese es el espíritu, después habrá que discutir cual es la mejor manera”.
Por otra parte, Peña señaló que “si bien no deberíamos entrar en conflicto con el Gobierno Nacional por este tema, lamentablemente el Ejecutivo nunca tuvo una postura a favor de la autonomía del Gobierno de la Ciudad”.
Según el texto presentado por el diputado porteño, Oscar Moscariello, presidente del bloque de legisladores PRO de la Ciudad, está prevista la creación de una Agencia de Medios y Libertad de Prensa (ALIP) que les cobrará a todas las señales de cable de origen nacional o extranjero un gravamen del 4% sobre su facturación bruta.
El proyecto establece que todos los canales de cable que quieran operar en los 202 kilómetros cuadrados del territorio porteño deberán tener la autorización de la ALIP para prestar sus servicios de comunicación.
Fuente: cronista.com
Radiodifusión y algo más
(Hoy le toca a la Ley; mañana a los librepensadores; pasado mañana, a la imprenta…)
omo no alcanzaba con someter a los ciudadanos a una legislación que avale al estado a «meterse» aún más en las cuestiones de la radiodifusión al punto de poner a consideración gubernamental los contenidos de las elaboraciones periodísticas, el gobierno de turno intentará quedarse con la empresa que provee mayoritariamente el papel para los diarios.
Radiodifusión
La vergüenza que diputados y senadores de la Nación voten a favor del «control estatal» de la opinión de intelectuales e informadores, actitud que podemos considerar como el control del principal insumo de los medios de difusión.
Más allá de la pelea entre Kirchner y sus Fernández contra los dueños del diario Clarín y las empresas del grupo que lo controla, esta ley pretende establecer una suerte de «Gestapo» que arrase con cualquier tipo de opinión independiente, sea esta desinteresada, independiente o de las otras.
A esta novela despreciable no solo hay que sumarle las suspicacias de dádivas y compra de votos, sino que ya se ha ganado la sospecha de haberse cargado con la vida de un empresario periodístico en la Provincia de Corrientes.
Cuesta entender que los diputados y senadores de la Nación que están a favor de este atropello desconozcan la historia, y lo que ocurre cuando un gobierno cree que su función es arrear las mentes de los ciudadanos, más aún cuando el que dispone es intelectualmente limitado.
Es evidente la ignorancia de la historia por parte de algunos representantes, pero cuesta más creer que también desconozcan la actualidad política de algunos países, donde se utilizan este tipo de sometimientos deshonrosos de los ciudadanos.
Cabe destacar los casos de la Venezuela de Chávez y la Cuba de la dinastía Castro. Evidentemente estos no son los únicos países que no respetan los derechos más elementales; pero son los que más descaradamente esgrimen esta falta de respeto como si ello fuera una virtud.
Y algo más
Mientras esta ofensiva ley se encuentra aún en proceso de confabulación, ya se están dando a conocer los siguientes pasos para ir por todo.
Con la adquisición de la empresa Papel Prensa, el gobierno kirchnerista va más allá que la intención de cercenar la libre opinión e intenta controlar la totalidad de los medios, sometiendo también el insumo secundario.
No es de extrañar que ante el desliz de algún funcionario cercano al equipo de gobierno sobre el plan del secretario Moreno para «quedarse» con Papel Prensa, éste haya amenazado con «sacarle los ojos» y «romperle la columna» a aquellos que develen esta especie de complot.
Luego de la apropiación de las jubilaciones privadas, del torpe sobreprecio en la compra de Aerolíneas Argentinas, del saqueo del tesoro de la ANSeS, de los 600 millones al fútbol, de los tantos otros multimillonarios negociados en los que los que ponemos el dinero somos los ciudadanos, resulta anecdótico que el señor Moreno quiera mantener en secreto la adquisición de la empresa Papel Prensa, sea a título gratuito u oneroso, o en forma personal o para el Estado, ya no importa…
El perjuicio que ha dejado este gobierno a la República Argentina mediante cuestiones ventiladas públicamente es mucho más dañino y persistente que lo que pueden hacer algunas conspiraciones de segundos funcionarios.
Fuente: federal.org.ar