Desde el jueves 20 de mayo y hasta el 8 de agosto, puede visitarse en el Museo de la Ciudad -Defensa 219-, la muestra “Los mates, recipientes para una tradición”. En esta exposición pueden verse distintos mates de porcelana que se usaron en la época del Centenario y otros de años anteriores y posteriores que muestran la importancia de esta costumbre tan argentina en la vida de todos nosotros.
El mate es un amigo que conocemos muy bien los argentinos. En el año 1910, al celebrarse el Centenario de la Revolución de Mayo que inició el proceso de la Independencia de nuestro país, cuando la República Argentina había logrado ser una de las naciones más ricas y desarrolladas, se fabricaron para los festejos, entre otras cosas, mates conmemorativos con la imagen de la República o el Escudo Nacional.
En esta exposición pueden verse distintos mates de porcelana que se usaron en la época del Centenario y otros de años anteriores y posteriores que muestran la importancia de esta costumbre tan argentina en la vida de todos nosotros.
Las colecciones que integran la muestra pertenecen a la señora Guiomar de Urgel, al señor Pedro Naón Argerich y a la colección formada por el señor Amaro Villanueva, historiador e investigador del mate. Esta última colección pertenece desde hace varios años al Museo de la Ciudad gracias a la donación de la familia Gerchunof.
No nos olvidemos del ingrediente principal: la yerba mate
La yerba mate, que no es una hierba sino un frondoso árbol, era usada por los habitantes de estas tierras antes de la llegada de los españoles. Científicamente se la conoce con el nombre de Ilex Paraguayensis y crece en el sector subtropical de Sudamérica correspondiente a los territorios de la Argentina, Paraguay, Uruguay y sur del Brasil.
El consumo de este producto se extendió en estos países que adoptaron esta bebida no sólo por sus cualidades nutritivas sino también por su sabor especial, que resulta extraño a quienes lo prueban por primera vez, pero que la costumbre transforma en algo sabroso y agradable.
El mate tiene en cada región ciertas particularidades que lo diferencian: el agregado de otras hierbas aromáticas como el cedrón, cáscaras disecadas de naranja y, de forma más generalizada, azúcar. Se toma como desayuno o merienda pero cualquier causa que lo justifique es buena para cebar unos mates que acompañan en la soledad o son motivo de reunión con la familia y los amigos.
Es muy común escuchar la frase “te espero a tomar mate” como invitación a visitar a parientes o conocidos, y es costumbre “matear” en las sobremesas, después de cenar, en el picnic o en la playa durante el veraneo, en el transcurso de los viajes o, como en el Uruguay, donde lo toman en todo lugar, incluso caminando por la calle, ya que como sabemos todo oriental nace con un termo de agua caliente debajo de un brazo.