BARENBOIM AL CENTRO

LA ORQUESTA PALESTINO-ISRAELI SONÓ EN BUENOS AIRES

Esta concreción modelo universal trajo su mensaje de paz y calidad a los vecinos de Buenos Aires.

El cielo despejado auguraba una tarde excepcional y lo fue: una multitud se sumó al recital que brindó ayer 21 de agosto 2010, frente al Obelisco de Buenos Aires, el músico Daniel Barenboim, al frente de su orquesta West-Eastern Divan. Si hubiera más personas con la mentalidad de este gran músico, seguramente las guerras serían muchas menos.

El espectáculo, gratis y a cielo abierto, comenzó con la Orquesta Típica El Porvenir, integrada por 70 chicos de 13 a 20 años en situación de vulnerabilidad social.

Interpretaron un repertorio con clásicos del tango, como Gallo ciego o Libertango. “La experiencia de compartir el escenario con Daniel Barenboim será inolvidable para los chicos”, dijo el Ministro de Cultura, Hernán Lombardi.

Luego, Daniel Barenboim dirigió a la West-Eastern Divan, que creó junto al intelectual palestino Edward Said. Sus integrantes son músicos jóvenes israelíes y palestinos, en un ejemplo de convivencia intercultural. Juntos, interpretaron la obertura Leonore III y la 5° Sinfonía de Ludwig van Beethoven.

Barenboim, de 68 años, se presentó así por segunda vez en la 9 de Julio: en 2006 había dirigido a una orquesta que ejecutó tangos clásicos del repertorio porteño.

Enérgico y preciso, Barenboim destacó en el ensayo la altísima calidad de sus músicos y pidió un micrófono para pedirle al público que “aprendan a aplaudir como se debe a una orquesta como ésta”.

La Ciudad autorizó el corte de varias calles hasta que el público se desconcentre. Es el caso de la 9 de Julio, que en su sentido Sur–Norte quedó cerrada entre Rivadavia y Corrientes, y en el sentido Norte–Sur, desde Corrientes hasta Bartolomé Mitre. Y el de la calle Perón, entre Cerrito y Carlos Pellegrini. Las autoridades recomiendan a los automovilistas evitar la zona.

El escenario del concierto se ubicó sobre la plaza de la República. El Gobierno de la Ciudad colocó unas 5.000 sillas y dos pantallas gigantes para que el público pueda seguir cada detalle de la presentación.

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