El Oro olímpico para un chico argentino
Arrojó su jabalina y esperó la fracción de tiempo que lo consagró como el mejor.
Braian Toledo, un joven de un barrio humilde de Marcos Paz, consigue una medalla de oro en un juego olímpico para la Argentina, algo que no sucedía desde 1948.
por Laly Montes
¡Ah, vos sos el de la jabalina !– dijo la presidente de la Nación, Cristina Fernández, cuando la delegación argentina visitó la Casa Rosada antes de partir hacia Singapur 2010.
Si la situación volviera a repetirse, la primera mandataria hoy tendría que decir al pararse frente a Braian Toledo: “Ah, vos sos el de la medalla de oro”.
Llena de orgullo al atletismo argentino este joven de Marcos Paz, quien volverá de los Primeros Juegos Olímpicos de la Juventud con la presea más deseada y esquiva de las pruebas. Tanto, que desde hace 62 años un atleta argentino no la luce en su pecho. Un trecho muy largo, tanto como su marca: 81.78 metros.
Para los funcionarios de la actual administración, el abanderado de la misión argentina representa los más altos ideales justicialistas: Braian fue descubierto en la fase provincial de los Juegos Evita, y desde allí acompañado en un centro de desarrollo, más beca para él y su entrenador. También comenzó a asistir al Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CENARD), y fue enviado a completar su preparación a Italia.
“Hoy, todos estamos muy felices de que la medalla de oro cuelgue del pecho de un joven argentino y de que el Estado dé el presente en el derecho que nos asiste a la actividad física y deportiva”, dice satisfecho, el secretario de deportes de la Nación, Claudio Morresi.
No son medallas los objetivos de estos juegos, lo expresamos ya. Ojalá éste sea un caso representativo de una política de Estado que, en materia deportiva –y sobre todo en las disciplinas básicas- también se hace esperar.