LA VUELTA DE OBLIGADO; EL FMI Y LA SOBERANIA NACIONAL
El 20 de noviembre celebramos y conmemoramos el DÍA DE LA SOBERANIA NACIONAL por uno de NUESTROS HITOS HISTÓRICOS, ocurrido éste, en 1845 en el paraje denominado “LA VUELTA DE OBLIGADO”, lugar donde el Río Paraná se estrecha, a pocos kilómetros de la ciudad de San Pedro, Pcia. de Bs. As.
por Pincho
ROSAS DE LEJOS
El gobierno de Juan Manuel de Rosas, encomendó la defensa a Lucio V. Mansilla, quién colocó barcazas encadenadas y ancladas de orilla a orilla, agregando cuatro baterías costeras defendidas por criollos. Todo en pos de impedir que las por entonces mayores potencias del mundo, -Inglaterra (1) y Francia-,
pudieren subir Paraná arriba para vender sus mercaderías sin pagar impuestos a la Confederación Argentina, como así también para impedir el desarrollo de la incipiente industria nacional. Pero anhelaban un rapiñaje mucho más ambicioso aún; la creación de una nueva “nación” dueña de ambas orillas del Paraná: la República de la Mesopotamia y entonces el río sería “internacional”.
Las grandes potencias con sus armadas último modelo (los flamantes barcos a vapor), rompieron el bloqueo y lograron pasar (unas 120 naves), pero hostigados río arriba y río abajo, debieron volver con barcos y cargas.
El gobierno de Rosas inflingió aciertos y desaciertos a la joven Argentina, pero en esta medida de su política exterior no se equivocó. No dudó nunca sobre los objetivos finales de las potencias. En esos buques de guerra y mercantes, no venían solo ingleses o franceses, venían también Argentinos, -identificados como unitarios-, que habían emigrado a Montevideo y venían en las mismas naves que iban a invadir su tierra, su patria… Y tan así fue, que muchos de los enemigos de la gestión Rosista, pusieron la espada y la pluma a su disposición como Martiniano Chilavert, Guillermo Brown, Juan B. Alberdi y hasta el Gran ausente (viviendo en Francia) el Gral. José de San Martín, quién peleó desde sus escritos ya, por los derechos argentinos. A posteriori, en 1849, la Inglaterra pirata, negocia el armisticio y levanta el bloqueo a Buenos Aires con honor y disculpas al pabellón nacional y en 1850 fue el turno de Francia.
Es claro que la Vuelta de Obligado fue una vital cuestión de soberanía, en que muchos argentinos (no todos, claro) de disímiles ideologías SE UNIERON para rechazar la prepotencia invasora foránea.
“K” OBLIGADO Y SIN VUELTAS
165 años después, con el ánimo sereno y la razón clara, a días de fallecer el ex presidente Néstor Kichner sabemos que lo juzgará la historia por sus propósitos y despropósitos, sus desmesuras y sus mesuras, sus acuerdos y desacuerdos, sus aciertos y desaciertos, por la vida que eligió o le tocó. Pero no puedo dejar de pensar y de subrayar su coraje en otra cuestión vital de soberanía: la deuda externa. Esa deuda infame, consecuencia de asientos contables mafiosos, que capitalizaron intereses, de intereses, de intereses (como la 1050 del B.C.R.A.), con la complicidad de personeros argentinos.
Kirchner tuvo las pelotas de subirse al ring y decir lo que le dolía a potencias como E.UU., Europa y Japón, dueños del FMI, Banco Mundial y del Club de Paris.
Kirchner peleó contra cínicos como Bush, Berlusconi, Mersey y otros, que vociferaban porque la Argentina “no pagaba todo lo que debía”, y que miran siempre para otro lado, cuando a este país -como a otros- se les cargaba intereses exorbitantes y lo dejaban al borde de la liquidación (todo en venta).
Kirchner luchó contra las corporaciones financieras que alegres y sin control alguno produjeron con sus especulaciones la crisis internacional de 2008.
Kirchner batalló también con “las calificadoras de riesgo”, que nos decían -cual Nostradamus-, que países desfilarían para el infierno.
Kirchner se plantó frente a los voceros y los mandatarios de la misma política económica que hoy destruye a España, Grecia, Irlanda y otros.
Kirchner enfrentó jurídicamente a los fondos buitres (carroñeros) de deudas extranjeras (apañados en dichos
países por legislaciones muy favorables)
Claro que sabemos bien de sus errores, pero como presidente tuvo el acierto de descremar esta deuda inmoral, con la renegociación de lo mismo y el posterior pago al FMI-, bajando la deuda externa que promediaba del 120% del PBI al 42% actual, permitiéndonos un país viable. Claro que no escuchamos a muchos economistas y políticos rutilantes y no oficialistas (salvo alguna rara avis) del acierto de dichas medidas.
Estimado lector, mucho se habla del viento a favor o de cola que beneficia a nuestro país, pero sin medidas para reactivar el mercado interno (Keynes) era imposible. Agregándose que si no se hubiera tomado la decisión de bajar parte de esa deuda ilegitima, esta “bonanza” que nos acompaña se las hubieron llevado las corporaciones financieras, con el consiguiente empobrecimiento del mercado interno.
Y también aquí sobran los ejemplos; el crédito de Baring Brothers a Rivadavia (1824), que se pagó durante 60 años y cuyo último pagaré levantó Julio Argentino Roca durante su presidencia (1880-1886).
HABLA EL MÁS GRANDE
Cuando el Libertador don José de San Martín se enteró del bloqueo a los puertos de la Confederación, inmediatamente le escribió a Rosas ofreciendo sus servicios de militar, y cuando tuvo noticias de los acontecimientos de Obligado, hizo otro tanto con el General Guido inmortalizando la frase: “que los Argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que abrir la boca”.
En marzo de 1849, Rosas contestó una carta al Libertador: «Nada he tenido más a pecho en este grave y delicado asunto de la intervención, que salvar el honor y dignidad de las repúblicas del Plata, y cuando más fuertes eran los enemigos que se presentaban a combatirlas, mayor ha sido mi decisión y constancia para preservar ilesos aquellos queridos ídolos de todo americano. Usted nos ha dejado el ejemplo de lo que vale esa decisión y no he hecho más que imitarlo. Todos mis esfuerzos siempre serán dirigidos a sellar las diferencias existentes con los poderes interventores de un modo tal que, nuestra honra y la independencia de estos países, como de la América toda, queden enteramente salvos e incólumes.»
San Martín a Rosas:“No puedo concebir que haya americanos que por un indigno espíritu de partido se unan al extranjero para humillar a su patria y reducirla a una condición peor que la que sufríamos en tiempos de la dominación española. Una tal felonía ni el sepulcro la puede hacer desaparecer.»
Posteriormente antes de fallecer en 1850, determinó como una de sus últimas voluntades: “Que el sable, que me ha acompañado en toda la guerra de la Independencia de la América de Sur, le será entregado al general de la República Argentina, don Juan Manuel de Rosas, como una prueba de la satisfacción que como argentino he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarnos.»
LO QUE NO SÉ Y SI QUIERO SABER
No sé si está bien o mal que la
Argentina se someta a la revisión del Art. IV del FMI para poder pagar al Club de Paris.
No sé, si esta bien o mal, a consecuencias de ello, pagar tasas menores de interés
No sé si nuestra tasa de riesgo país es de 500 puntos como dice
Moondys (calificadora de riesgo)
LO QUE SI SÉ
Sé que aquellos que nos perjudican tanto, no tienen el derecho a controlarnos mientras no cambien sus métodos y actitudes que nos pusieron al borde de la quiebra.
Apreciemos Estimado Lector lo acertado de la decisión de Kirchner con la deuda externa y de Rosas en la vuelta de Obligado.
Reconozcamos que los argentinos -todos- deberíamos ser uno solo sin distinción política o partidista,
contra los malos extranjeros y los peores connacionales y contra el capital apátrida.
Porque mi buen conciudadano; toda pelea por la soberanía nacional, no es más que otra independencia.