EL CLUB DE LA PELEA

Verde que te quiero verde
Si hay un lugar emblemático y legendario para la recreación y las actividades deportivas, sociales y culturales de esta zona sur es el querido Club del personal del Banco Hipotecario Nacional en Villa Celina.

El “hipotecario” ha unido lazos entre las comunidades capitalinas de Villa Lugano y Villa Riachuelo y las matanceras de Villa Celina, Villa Madero y Tapiales como un verdadero punto de socialización y confluencia de familias enteras.

Castigado y abandonado a su suerte este Titanic ha visto –y ve‐ cómo los negociados se comieron parte de su territorio. Hoy la directiva del BHN privilegia tirarle unos cuantos millones por mes en una publicidad (¿necesaria?) al Racing Club de Avellaneda y al mismo tiempo no saben y/o no contestan sobre las ca‐ rencias urgentes del club del personal del banco hipotecario nacional.

Este gran club pena por ingresos que lo ayuden a subsistir y siempre peligra la continuidad de su oferta. No le tiran un peso ni de nación ni de provincia (¡ojo!: no un magro subsidio cada tanto) ¿Será tal vez porque es un club para nada “fashion” como su vecino San Cirano? Igual “el hipotecario” resiste. Con su rugby y con su hockey como mascarones de proa avanzan. Y agrego que en sus canchas juegan los que quieran. La condición socioeconómica no hace al monje. Hay que pagar la cuotita y transpirar la camiseta. Hay que traspasar sus puertas y conocer sus tantas historias de lucha y fe contra la desidia estatal –y de IRSA‐.

Como no contarle al mundo el esfuerzo de Daniel Fernández a cargo del programa “Rugby sin fronteras” por un deporte inclusivo que suma al deporte a chicos con sindrome de down.
Como no contarle al mundo la importancia de ser sede el hipotecario de la Escuela Superior de Guardavidas de la Pcia de Buenos Aires, que otorga títulos oficiales de nivel superior y destacando su condición de gratuita.
Como no contarle al mundo que todas las disciplinas que se practican no se dan solo por el sudor de sus deportistas: también sudan sus directivos, sus profesores, los padres que colaboran. Todos sudan la gota gorda en el hipotecario por culpa de la desidia y de la abulia de los mercaderes del curro.

Víctor José Del Vento Grela

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