ras el ballotage me puse a reflexionar sobre los tantos reveses de Daniel Filmus buscando ser Jefe de Gobierno. Reveses estos sufridos por la mano de quienes –decían- le apoyaban, pero que lo sepultaron bajo varias capas de votos.
¿Cómo negar que Filmus era un buen candidato? ¿Cómo no reconocer que no logró acomodarse a la pelea constante y a los dislates de los suyos’ Y más aún; ¿cómo no reconocer que a pesar de todo hizo una buena elección?
Al igual que Cristo en su vía crucis, el sabía su destino final. Como Cristo tampoco torció su fe y sus convicciones. No quiso Filmus traicionarse y por eso no cambió ni se desdijo. No se panquequeó. Y es entonces que lo mató el “fuego amigo”.
No pudo hablar ni ser jefe en su lanzamiento de campaña. No pudo realizar el debate televisivo con los otros candidatos, pese a haber sido aprobado por él. Lo clavaron a su cruz un discurso con tono a apretada hacia el electorado porteño.
En el complejo tema de las usurpaciones, Filmus quedo pagando ante el electorado cuando el gobierno nacional no actuó cómo hubiese correspondido, surgiendo para colmo punteros políticos
que avalaron lo realizado.
Cerca de las elecciones -y después de mucho tiempo de burda negación- el gobierno nacional “reconoce la inseguridad”, y trae otras fuerzas bajo su mando. Pero como nada es demasiado en materia de dislates, el oficialismo hunde aún más a su candidato no traspasando la policía federal y tampoco aceptando a la metropolitana.
El calvario siguió cuando explotó el escandalete llamado INADI y el super escandalete Madres-Schocklender, con matanzas y corruptela a diestra y siniestra.
Como docente hizo mutis por el foro cuando la represión violenta a los
maestros de Santa Cruz donde se vio en detalle como eran corridos y apaleados por lo mismo que hacen otros ent
nados en nuestra ciudad, pero siempre sin represalia alguna a manos de los mismos que corrieron a los maestros.
Pésima imagen después de la primera vuelta, la brindada por las autoridades del oficialismo, al no permitir subir al mismo escenario donde estaba Filmus a aquellos que como Aníbal Ibarra y
Gabriela Cerruti hicieron una buena elección con sus listas colectoras. En ese acto olvidaron al peronismo porteño de base en beneficio de otros, sin más antecedentes que estar cerca del poder.
¿Y que decir de las infelices declaraciones de funcionarios públicos hacia los vecinos porteños que votaron por Macri? ¿Agredidos solo por pensar distinto?
Y también hubo lenguaraces no funcionarios como Fito Páez que señaló su asco por el electorado que no votó al kirchnerismo (gran burgués de bianchi borgoña que vive en la recoleta). ¿Y cómo obviar a los funcionarios que lejos de la descalificación hacia los votantes machistas hicieron mutis por el foro sobre los anteriores? ¿Y qué decir de los intelectuales de carta abierta acusando de fachos y derechistas a los que votaron a Macri, renegando de la historia y actuando analógicamente como tanto gobierno pasado de facto?
No le reconocieron nada al gobierno de Macri –me dirán que es la táctica usual, les diré que es lastimosa…-. No presentaron propuestas superadoras ni por error. Su banal estrategia se remitió a denostar a sus contrincantes, creando un clima que mucha gente ya no desea ni acepta.
Un capítulo aparte de las desdichas que le emboscaron sus compañeros de ruta es el apodo que le consignaron desde sus filas; “pantriste”… Y todo como si ellos –tan iluminados como el Torquemada de la inquisición-, fueran los amos de su espíritu y de su conducta. Claro que ellos tal vez le hayan hecho pagar por no aceptar las listas testimoniales o por no votar la ley de glaciares vetada por la presidente. Quienes lo acompañaron en esta campaña tienen la misma autocrítica de un asesino serial.
Como dudar que todo lo expuesto lo pagó caro a la hora de los votos. Pero lo de Filmus tiene bastante de epopeya si acordamos en que arrancó menos diez la campaña. Sin duda habrá aprendido bastante de su vía crucis.
Que dios nos salve de “fieles” como estos. Ojala que ahora encuentres tu mejor camino. Espero te depare un futuro diferente y que tal vez las peleas políticas en esta bendita tierra sean a la japonesa; peleando para mejorarla en cada aspecto. Verán políticos como seguramente aprobaremos con nuestra confianza traducida en votos un destino mejor para todos.
Y usted Filmus no afloje. La cruz pesa pero en una de esas alguno de los suyos le da una mano.