¿SERÁ VARÓN, SERÁ MUJER?

¡Ni celeste, ni rosa: negro azabache…!

¿Recuerda la pregunta que precedía a ese mensaje publicitario? Me dice que sí la recuerda.

Según tengo entendido, así me niegue a entenderlo, parece que en más, el encargado de la respuesta, será el nacido. Se lo paso en limpio. Según las malas lenguas, existe un proyecto de ley que a la brevedad será tratado en el Congreso Nacional, respecto a la identidad, o para mejor decir, el género de las personas. Ergo señora, Ud. en adelante parirá a un “asexuado” que será en definitiva quien decida si opta por el género femenino o masculino, sin importar el mero detalle de los ovarios o los testículos. Por tanto, me anticipo a sugerirle que les anote como corresponde en el Registro Civil, haciendo constar únicamente el apellido paterno y materno, reservando el nombre con el que Ud. tanto soñaba, o con el que pretendía rendir homenaje al abuelo o la abuela. Sí deberá estar debidamente preparada para que “el nene” le diga que ha optado por ser “nena”, o viceversa. Usted que imaginaba cándidamente, que luego de la aprobación del matrimonio entre individuos del mismo sexo, ninguna otra “sorpresita” le podía llegar a desequilibrar de semejante manera, ya está a punto de verse sometida a una nueva Ley mucho más difícil de digerir, así ya nos hayamos acostumbrado a “comernos la que venga”.

La joda, en principio tendrá que ver con una simple cuestión de forma…¿?…¿me hago la boluda y no lo presento?, serán algunos de los interrogantes que no podrá ni deberá evitar. No descarto entonces, en que el excelente criterio de los legisladores, agregue al dictamen, algún ítem que le permita “salir del paso”, o meter el paso donde no debería.

De ésta manera, usted, se convertirá en hacedora “a medias” de esa criatura que además de erigirle en media mamá, le convertirá en un ser desesperado y expectante, pendiente de semejante trascendente decisión. Ud., de alguna manera, o de todas maneras, se verá obligada a resignar su condición, para convertirse en “un aparato” capaz de parir una criatura semejante a “El Bebé de Rosemary”, ¿entiende?. Me dice que no entiende. Gracias; necesitaba esa cuota de oxígeno que Ud. me brinda.

Y entonces no puedo evitar el formularme una pregunta. ¿Aceptaremos como mansos corderos semejante ultraje, o será el punto de inflexión que nos convierta en leonas y leones dispuestos a preservar la salud orgánica y mental de nuestras crias?. La otra pregunta que me formulo es, hasta qué punto semejante idea diabólica pueda encontrar eco favorable entre quienes supuestamente nos representan, o representan a las Provincias Unidas del Río de la Plata que todavía forman parte de nuestro territorio.

¡A ver…espere! ¿Será acaso que además del pensamiento único, pretenden imponernos el sexo único?

La dejo; como le dijera alguna vez, la noticia está a punto de precipitarme el vómito.

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