RENUNCIEN USTEDES

EL GOBIERNO, CONVOCA A TODOS AQUELLOS CIUDADANOS DISPUESTOS A RENUNCIAR VOLUNTARIAMENTE, AL BENEFICIO RECIBIDO A TRAVÉS DE LOS SUBSIDIOS OTORGADOS A EMPRESAS PRESTADORAS DE SERVICIOS, “o algo así”.

Debo confesarle que me costó y mucho encontrarle el título, así no sea el que mejor ilustre una medida de gobierno que no debe tener antecedentes en nuestro país, ni en el resto de los países del planeta. Por otra parte y como si esto fuera poco, algunos personajes públicos, en su mayoría artistas y conductores televisivos, se han prestado y prestan a una suerte de mensaje publicitario, durante las emisiones del “Fulbo para todos”, igualmente “subsidiado”.

¿Sabe que me cuesta escribir?. ¡Para nada; todavía no se me acalambran las manos; si es posible que padezca de algún calambre cerebral!. Ocurre que no encuentro la manera de plasmar lo que realmente siento…pienso. Le juro por lo que más quiero, que a ésta altura, en tiempo de “relato”, habitualmente ya estaría suscribiéndole y haciéndoselo llegar.

A ver…hace unos ocho años, el Gobierno de Dios, tomó la decisión de subsidiar a través del Estado – Ud. y yo incluidos – , a la mayoría de las empresas prestadoras de servicios, cuyos beneficiarios, entre otros, estábamos, y todavía estamos, Ud. y yo. ¿se da cuenta?. Me dice que no. Esta vez lo justifico. Le digo más; comparto su falta de entendimiento, con la única diferencia que estoy “empacado” en la necesidad de transmitirle mi opinión.

Lo primero que se me ocurre, es que no obstante los discursos, oratorias, y apretadas a manos del “guapo Moreno”, el Estado Nacional, da una muestra más que elocuente de “ausencia”. Por ahora llamémosle así. ¿Le parece?. Me pide que siga. Sigo. Pero…¿se da cuenta lo difícil que me resulta?. Porque en realidad, la ausencia del Estado, en materia de Seguridad, Justicia, Educación, y Salud, ya la venimos arrastrando desde hace demasiado tiempo, y sin embargo, nos la bancamos “bastante bien”, dejando de lado a aquellos que “ya han pasado a mejor vida”, o “miran sin comprender, sentados en una silla de ruedas”. ¿Entiende?. Me dice que cree empezar a entender. ¡Genial lo suyo, y quédese tranquilo que no pienso arrogarme mérito alguno!. Me dice que con la sola mención, ya lo he hecho. Hoy está Ud. con todas las luces, y eso me ayuda muchísimo. Procuremos entonces “disimular”, y sigamos.

Debo suponer, sin pecar de pesimista, que no serán muchos los ciudadanos que renuncien voluntariamente al “beneficio”. Acaso si lo hace Ud., o lo hago yo…¿cree que se nos ofrecerá la posibilidad de “figurar”, mostrándonos durante el espacio publicitario del “Fulbo para todos”. Se lo digo, porque hay gente que daría lo que no tiene “por verse” a través de la pantalla chica, y por sobre todo “que le vean” sus hijos, aun a riesgo de convertirse en un “Figuretti” de cuarta. ¿Se acuerda de Figuretti?. Me dice que sí. ¡Bién, bién!.

Como tampoco puedo ser tan cándido como para imaginar que todos lo haremos por la Patria, cuando no hemos movido un dedo para obligar a quienes corresponde nos garanticen esos derechos “primarios” que le mencionara, se me ocurre que finalmente, y “no quedando otra”, el renunciamiento pasará a ser compulsivo y obligatorio. O para mejor decir, producto de una decisión de Estado que se debió haber tomado hace ya mucho tiempo, o para mejor decir, jamás se debió haber implementado.

Y entonces llego a la conclusión que en poco tiempo, exasperados ante la inminente pérdida de la dignidad, y por sobre todo, el “beneficio”, no repararemos en “ganar la calle cacerolas en mano” los peatones, o haciendo sonar las bocinas de sus coches, aquellos que prefieran quedarse “arriba”. Tampoco descarto algún que otro “apagón”, de esos que se convocan a través de la web, a los que habitualmente y no obstante la amplia difusión que alcanzan, no se les ha dado pelota. Por otra parte, para que sumar un apagón más, a los que seguramente deberemos asimilar, todo gracias a esa compulsiva necesidad de “poner el aire acondicionado a todo lo que da, y durante todo el día”.

Tampoco puedo dejar de mencionar el “¡que se vayan todos!”, cuando hace no mucho más de un mes, decidimos por amplia mayoría, “que se queden todos”. ¿Comprende?. Me dice que sí comprende, y no sabe si debido a ésta circunstancia, es que se siente un poco “mareado”. Perdone; ¿Ud. “chupa”?. ¡Perdón, perdón…debí decir si Ud. toma!; hoy por hoy, hay que tener extremado cuidado con las expresiones. Ahora me dice que si no le hacía la “salvedad”, era capaz de arrancarme la cabeza. ¡Buá…tampoco es para tanto; por otra parte, la realidad  indique que “tan desagradable no debe ser”. Me pide que cambie el enfoque. Bien, cambio el enfoque.

De todos modos, ya es muy poco lo que me queda por decir. Si no puedo evitar me venga al recuerdo, esa breve charla que hace unos pocos días mantuve con un taxista, quien me llevaba como pasajero. El tipo, luego de mirarme a través del espejito retrovisor y verme “cara de accesible”, arrancó diciéndome; “yo voté a Cristina; gracias a ella y al Néstor, este año pude cambiar el coche por un cero kilómetro, y aunque me tengo que romper el culo, las cuotas las puedo pagar sin dificultad”. ¡Claro; si la cuenta que paga por los servicios de luz, gas, ABL, más el inminente aumento de los combustibles, se le llegara a “triplicar”, indudablemente, el pago de la cuota del coche “cero kilómetro”, se le va a hacer más dura de afrontar, salvo que esté dispuesto a recontrarromperse “el culo”, en tanto aquellos que han convertido su trabajo en un calvario – léase piquetes y movilizaciones -, se encargarán de recordarle que su más grande desatino, tuvo que ver con el pensar que la única manera de salir adelante en éste país, era “laburando”.

Ricardo Jorge Pareja

parejaricardo@hotmail.com

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