Dijo aquél sabio mantero: «La peatonal Florida es para todos los argentinos». Sólo faltó quien le replicara: «Es verdad, sólo que no para que se haga en ella lo que a uno le venga en ganas, como el tirarse, cagar, mear, fornicar, chorear, y matar, entre otras». ¡Espere; no se vaya!. La cosa esta vez invitaba a un títs argentinoslo largo. Así no me lo crea, le confieso que siempre fui amigo de los títulos cortos. ¿Será acaso que lo de largo ya se ha convertido en una de mis más grandes añoranzas?. Mi abuelo que no era demasiado “dotado”, me repetía constantemente…”no es tan importante el largo, sino la utilidá que le sepas dar”…mi abuela lo consentía, sin poder evitar esa angustia que en alguno de sus gestos extrovertía. De todas maneras, no estoy aquí para andar ventilando ante Ud., aspectos y circunstancias solo reservados a la intimidad de mi familia, ¡qué joder!. Como diría todo brasilero o brasileño, “no existe mejor defensa que un buen ataque”, uno de los pocos conceptos que hemos copiado, si de obtener algún rédito personal se trata. ¡Lástima grande, no tengamos la capacidad de emularles en tantos otros. Punto. Ahora Ud. me dice que mes las agarré con los pobres manteros, que son en definitiva de lo menos pernicioso que nos pasa. Tal vez tenga razón; ocurre simplemente que son los encargados de joderle la vida al que “se quedó”, ya por haber optado por Febrero, o simplemente no poder darse “el lujo” de vacacionar. No olvide que en tiempos de paz, enero era el mes predilecto de los “vovis como uno”, pa’ quedarse en la Ciudá, y aprovechar las bondades de la misma, libre de sanguijuelas y arácnidos, así las ratas se sigan multiplicando, en una proporción que ya está cerca de las un mil por cada habitante. También convengamos en que no he tenido reparo alguno en agarrármelas con quien fuera, sin respetar justamente “fueros”, ni jubilaciones de privilegio, que le dicen. Por otra parte, y en tanto tengamos la oportunidá de hacerlo, ya en más de una vez, le dije me encantaría ver publicado alguno de sus artículos a través de los que tan brillantemente se explica, si de criticarme maliciosamente se trata. Si le digo, que para que los mismos prosperen, es necesario estampe su nombre, apellido, y firma, salvo utilice algún apodo que no debería ser aceptado, Informador Público incluido, quizá el único medio capaz de “llamar a las cosas por su nombre”, con un staff digno de las mejores publicaciones. Otro punto. Le confieso sin embargo, que hace años no piso el microcentro; que hace años vendí el viejo coche que tenía para no correr el riesgo de terminar en cana; también el que evito en lo posible las salidas nocturnas, a riesgo de encontrarme por ejemplo, con una calle Lavalle, sobre la que otrora, las marquesinas de los cienes “se peleaban” por sobresalir, orgullo de una Ciudad, dueña de una noche que no se daba en ninguna otra parte del mundo. Ricardo Jorge Pareja parejaricardo@hotmail.com