La estadía en Chantún es un engaña-pichanga solo para que Maurice se reencuentre con el verdadero jefe de Junior: 007 Martins. El pelado Martins es un poderoso capomafioso y zar del tráfico de gofio y de la trata de mujeres para la explotación sexual que le pone una carretilla de guita para la campaña eleccionaria de Maurice, para que este no le cierre sus pirigundínes vip en la zona bacana de la ciudad. El pánfilo de Maurice hasta se saca una foto con su última media naranja, sentados ambos entre el impresentable Junior Conde y su esposa Peta, en uno de los tantos quilombos de 007 Martins.
Como en ese burdel laburan varias maestras de la escuela pública cansadas de romperse el tujes gratis que odian más a Maurice que a 007 Martins que las prostituye, dan aviso a un periodista de Buenos Curros y entonces la justicia de Buenos Curros le da la cana a Mac Rico por bolastrún más que por ser socio de Martins…
Los medios de Buenos Curros denuncian que el pelado 007 financió la campaña a alcalde de Maurice, que negará todo con la papa en la boca, mientras el pelado 007 y Conde se cagan de la risa en Méjico mientras miran El Chavo.
Un final inesperado (por él). Amor, pasión, estupidez y rapiña en una película inolvidable. Una increíble banda de sonido a cargo de Gilberto Gilastro y la dirección maravillosa de Juan Campagnolla.
Y no se olvide: pida que con la entrada le regalen un forro.
Todo sea por el cine argentino, ¿no?