¡Le confieso que me la comí!. Para colmo a las 2 de la tarde estaba en plena calle, haciéndole compañía a mi mejor amigo, Don Ernesto. ¡Sátamente como lo lee!. Ocurre que no lo tuteo. Yo que suponía que esas cosas eran propias de la prehistoria, le prodigo ese tratamiento que jamás me hizo sentir incómodo; todo lo contrario. Quizá tenga que ver con el respeto y la admiración que siento por él; no lo sé exactamente. De todas maneras, es una situación personal que no tengo por qué carajo ventilar ante Ud., quien como siempre, “me mira sin comprender”. Punto.
Y como le decía, me comí lo de la sensación térmica, así tenga un criterio absolutamente dispar respecto al fenómeno. Por algo hay tipos que se cagan de calor, y otros que se muestran lo más campantes, circunstancia que da una medida cabal de que la sensación térmica de uno, no necesariamente debe ser igual a la del otro.
Y entonces, uno de los temas del día de ayer, fue “la calor”; otro Malvinas, que viene de arrastre desde 1982, accidentes anteriores al margen; otro el de las mineras, y por sobre todo, el conflicto que al momento de la presente sigue en agua de borrajas, y tiene que ver con mi Boquita querido. ¡Por supuesto que la noticia que ocupó esta vez las primeras planas de las emisiones periodísticas impresas, orales y televisivas, tuvo que ver con si se queda Riquelme y lo rajan a Falcioni, o viceversa.
Y la cita de Dalí no es casual, habida cuenta que el surrealismo, es el movimiento artístico que intenta buscar y representar una creación y realidad subconsciente, onírica, imaginaria e irracional, más allá de la realidad física. Algo así como lo que pretende hacer con marcado éxito la señora, no a través de la pintura, sino de una excesiva oratoria, seguida por tipos y tipas que de pintura y de oratoria, no saben un jocara.
Ricardo Jorge Pareja