BUENOS AIRES, DONDE GOBIERNA LA VETOCRACIA

«Haciendo un promedio, Macri vetó una ley cada 15 días», aseguró el senador kirchnerista Daniel Filmus, quien compitió contra el actual alcalde en las elecciones porteñas de 2011. Desde que llegó al poder, Macri rechazó 91 leyes mientras que otras 10 fueron vetadas por quienes ocuparon la jefatura de gobierno durante su ausencia. La mayoría fueron vetos totales.

En contraste, el gobierno nacional aplicó sólo dos vetos totales y 14 parciales durante el mismo período. Un vocero del gobierno porteño afirmó a BBC Mundo que el veto es una «facultad constitucional de la Ciudad».

En efecto, el artículo 87 de la Carta Magna permite al Poder Ejecutivo «vetar totalmente un proyecto de ley sancionado por la Legislatura expresando los fundamentos». Para revertir el veto, la Legislatura necesita una mayoría de dos tercios de sus miembros. Pero más allá de lo legal, algunos cuestionan el uso excesivo de esta herramienta, por considerar que anula la tarea legislativa.

«Autoritario». Así llaman los detractores al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por haber vetado más de cien leyes en los últimos cuatro años.

Ilustración: Ángel Mosquito

¿POCO DEMOCRÁTICO?

«El veto es una medida excepcional, no debería ser un recurso cotidiano, porque eso implicaría una capacidad de ‘neutralizar’ las políticas de la Legislatura, el órgano más democrático, inclusivo y plural que tiene la ciudad», opinó a BBC Mundo el investigador y profesor de derecho constitucional de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Lucas Arrimada.
Según el experto, el veto «es el más antidemocrático de los procesos institucionales» y uno uso abusivo puede alterar el balance entre los poderes del Estado.
El constitucionalista Daniel Sabsay coincidió. «Es interesante tener en cuenta que en Estados Unidos la mayoría de los presidentes no utilizó su poder de veto y fue usado muy pocas veces en la historia», observó.

«La actitud de Macri habla de un ejercicio excesivo y que sin lugar a dudas va en desmedro del rol de la Legislatura local e importa una cultura muy poco republicana», afirmó. «Hace parte del régimen presidencialista que existe en Argentina en todos los niveles de gobierno, y es característico de América Latina».

Sin embargo no todos critican esta herramienta.
Facundo Galván, director de Instituciones Políticas y Gobierno de la organización no gubernamental Poder Ciudadano dijo que el poder de veto, es, al igual que la facultad de ordenar decretos, una atribución unilateral que permite un Ejecutivo fuerte.

«Hace parte del régimen presidencialista que existe en Argentina en todos los niveles de gobierno, y es característico de América Latina», afirmó.Galván recordó que Macri no es el primer dirigente argentino que utiliza mucho la figura del veto. Los ex presidentes Carlos Menem (1989-1999) y Fernando de la Rúa (1999-2001) también fueron criticados por apelar seguido a este recurso.

Incluso uno de los antecesores del jefe de gobierno, Aníbal Ibarra, firmó 93 vetos durante su gestión, entre 2000 y 2006.

BALANCE DE PODER

Galván no está de acuerdo con que el uso del veto deje al Poder Legislativo en desventaja, desequilibrando el balance democrático.
«El Legislativo tiene su propia herramienta de poder: el juicio político, a través del cual puede destituir al jefe del Ejecutivo si considera que está haciendo un uso arbitrario del veto», señaló a BBC Mundo.

De esta forma, según el experto, la palabra final la tiene el Parlamento.

Algunos expertos indican que la parálisis institucional de Buenos Aires podría ser una de las consecuencias directas de esta forma de gobierno.

«El Ejecutivo no tiene atribuciones para cerrar el Congreso, pero el Legislativo sí puede remover a la cabeza del Poder Ejecutivo», explicó. El propio Ibarra fue destituido a través de este mecanismo en 2006, luego de que se lo responsabilizara por el trágico incendio en la discoteca Cromagnon.

Más allá del efecto que tenga sobre el balance democrático, lo cierto es que uno uso excesivo del poder de veto puede generar parálisis institucional y además crea roces entre los diversos actores políticos.

Los vetos de Macri han generado críticas incluso en el seno de su propio partido ya que la mayoría de las leyes que rechazó fueron sancionadas con apoyo del bloque oficialista (el PRO). Incluso varias normas se aprobaron por unanimidad.

BBC Mundo consultó al gobierno porteño respecto a los motivos de los diversos rechazos pero la inquietud no pudo ser respondida debido a que la mayoría de los representantes del PRO se encuentran de vacaciones por el período estival.

A pesar de la polémica, diversos analistas consultados por el diario Página 12 aseguraron que el alto número de vetos que aplicó Macri no tendrán un impacto en su popularidad, ya que pocos ciudadanos están atentos a este tipo de tema.

Verónica Smink

(periodista BBC Mundo)

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