El Vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, está siendo investigado por el fiscal Carlos Rívolo por su presunta relación en el levantamiento de la quiebra de la exCiccone Calcográfica, en el marco de una causa que intenta determinar si existieron «negocios incompatibles» con la función pública y lavado de dinero.
Por otro lado, Alejandro Vandenbroele, director de la imprenta, quedó formalmente imputado luego de que se presentara en tribunales este lunes (5/3), según informó el diario Clarín.
En declaraciones radiales, el fiscal Rívolo confirmó este martes (6/3) que «en el inicio de la investigación» está averiguando si el vicepresidente «eventualmente ha tenido algo que ver desde su cargo» con el levantamiento de la quiebra de la ex Ciccone Calcográfica.
«Si hubo alguna decisión (de Boudou) con esto que aparece tan sospechoso, y hay que investigar, cómo fue el cambio de parecer de la AFIP pidiendo la quiebra (de Ciccone) y después levantándola, en un cambio de criterio, aceptando un pago excepcional», confió el funcionario del Ministerio Público.
Explicó que la investigación contiene dos posibles hechos: «la negociación incompatible con el ejercicio de la función pública que pudieron haber tenido algunos funcionarios vinculados con el levantamiento de la quiebra (de la ex Ciccone) o este contrato trunco para la realización de los billetes de $100».
«Y el otro (hecho), el origen del dinero con que se levantó la quiebra, con lo cual para nosotros en el inicio de la investigación esto no tiene una justificación y forma parte de una imputación que se llama ‘lavado de dinero'», remató por Radio Continental.
Rivolo confió que «no es inminente» un dictamen de la Fiscalía porque «estamos empezando a revisar expedientes engorrosos con las decisiones que se han tomado alrededor de la quiebra de la empresa Ciccone por parte de otros organismos del Estado, con expedientes de la AFIP».
Aseguró que «si yo tengo elementos para formular una acusación lo voy a hacer y si no los tengo, también lo voy a hacer» y advirtió que «en ambos casos lo voy a explicar públicamente, pero antes se van a enterar el juez, los defensores y los eventuales imputados y sobreseídos».
Este lunes Vandebroele intentó entrevistarse con Rívolo. El fiscal explicó por qué no pudo hacerlo. Aclaró que no se negó a recibir al directivo de la exCiccone, sino que «estaba buscando pruebas» que pudieran ser incorporadas a la causa.
En ese sentido, Rívolo aclaró que no salió «corriendo» de su despacho para no recibir a Vandenbroele, quien está sindicado como el presunto testaferro del vicepresidente Amado Boudou.
El fiscal explicó que «Vandenbroele había estado la semana pasada solicitando una fotocopia del expediente» y añadió que «ayer (por el lunes) volvió» en el momento en que junto a su equipo de trabajo estaban «revisando la quiebra de la empresa».
«Por eso no me encontró, yo no sabía que estaba. De hecho, mi presencia no era necesaria, ni me dejaron un pedido formal para que nos veamos. No salí corriendo, sino que estaba buscando pruebas fuera de mi despacho», enfatizó el funcionario judicial.
Al ser consultado sobre la solicitada que publicó el lunes Vandenbroele asegurando que no conoce al vicepresidente Boudou, que contradice la acusación de su mujer, Laura Muñoz, Rívolo dijo estar obligado «a evacuar lo que él ha dicho».
«Yo tengo que prestar atención a lo que dice Vandenbroele. Pero por otro lado, hay otra persona (Laura Muñoz) que dice lo contrario y tiene coherencia y credibilidad. Ella es una testigo y tiene una carga muy importante de no mentir. Y él está en una posición de defensa. No digo que esté mintiendo, sino que hay que probar esas cosas», explicó.
De todos modos, aclaró que el vínculo que pudiera existir entre el acusado y el vicepresidente no es determinante ya que «ser amigo de alguien no es delito», y remarcó que lo que hay que investigar es «si ese cargo en la función pública se utilizó para beneficiar o favorecer a un amigo».
Fuente: Urgente24