¿CÓMO SACARSE UNO DE ENCIMA, SEMEJANTE CALENTURA?

Le confieso que a mi edad, muchas alternativas no me quedan. De adolescente,  siempre tenía a mano el almanaque que gratuitamente repartía alguna Gomería, a través del que conocí a mis primeras 12 novias. Cosas de pibe, ¿vio?.

Ya más grandecito, abordaba lo primero que se me “cruzara”, con diversas suertes. A veces, “la cosa” era tan impresentable que procuraba verle en horas de la madrugada, como para “no quemarme” ante mis amigos. Cosas de jóvenes, ¿vió?.

Ya de adulto, ingresé en un proceso “selectivo”…más vale calidad que cantidad, fue la premisa que me acompañó.

Hoy por hoy, hago lo que puedo, así sea muy poco lo que pueda hacer, más allá del estímulo que la ciencia me dispensa a través de la pastilla celeste.

Y entonces, acometo contra mi fiel notebook, en lo que daría en llamar, “sexo electrónico por necesidad!”.

La calentura de hoy, en cambio, tiene como pariente inmediato la bronca contenida, que igualmente incluye el concepto de “lo selectivo”. Le digo más. Nunca hubiera imaginado tenerle tan a mano, y tan a la vista con solo hacer un rápido repaso sobre la carroña que se ventila a través de los tres Supuestos Poderes, de la Supuesta República, donde tengo plantados “mis pieces”, y mi más auténtico sentimiento.

Apenas cuento con el cable a tierra de la escritura, lisa, llana, a veces hasta inmersa en la más supina de las groserías, así no haya mayor grosería que esa falta de respuesta, de parte de un Gobierno que vive cagándose en uno, en el bienestar de uno, y por sobre todo, en la vida de uno. Ocurre que en nuestro país, la vida está más devaluada que el peso argentino. La diferencia estriba en que uno no dispone de un Banco Central, así sea de datos, para cuando menos saber quien será el hijo de remil putas que acometerá contra nuestra familia, contra nuestros seres más amados, contra esa pobre vieja a la que “le rompieron la cara”, consecuencia de tener tan solo unos pocos mangos en el monedero.

El tan pregonado Estado, que solo se hace presente para provocarnos un agujero en la economía, escarbar como ave de rapiña en nuestros acotados salarios; para permitir que la “anarquía” sea patrimonio de las bestias humanas, y con ella, nuestra salud física y mental, nos ha dejado librados a “la buena de Dios”, cuando sabido es que Dios, cada tanto, se lleva a alguno para tenerle bien a su lado. Y cada día que pasa, son más los que se  lleva, seleccionando aquellos hechos a su imagen y semejanza. Ergo, ciudadanos inocentes, bien nacidos, bien inspirados. Evidentemente, y por esa cuestión de “la semejanza”, Dios no reconoce como seres humanos, a estos terribles hijos de puta, surgidos de la más apestosa de las letrinas.

Y entonces, más que a Dios, quedamos librados a la más mala de nuestra suerte. Sin embargo, algunos parecen no saberlo, o no querer asumirlo. Más les preocupa que aumente “el tomate”, cuando la lógica indica que el problema se resuelve, no comprando “tomates”. Eso hacen los franceses, sin necesidad que el boludo de turno, salga a la calle munido de un altavoz, invitándoles a adoptar semejante temperamento. Lo tienen asumido; forma parte de su educación, y por sobre todo de su idiosincrasia. También, por supuesto, el no permitir que se caguen en ellos,  quienes han recibido el Mandato de velar por “ese bienestar” que no están dispuestos a resignar. Y los franceses, no están todos colifas; simplemente saben sobreponerse al miedo que genera la utilización más canallesca del Poder.

Ahora, Ud., me pregunta…¿y entonces que hacemos?…¡ah no sé; yo…YO ARGENTINO!

Ricardo Jorge Pareja

parejaricardo@hotmail.com

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