DE LOS HUEVOS DE PASCUAS, Y DE LOS OTROS

Ilustración: Alberto Montt (dosisdiarias.com)

Como Ud. bien habrá advertido, los clásicos Huevos de Pascuas, pululan por doquier. De hecho, podrá encontrarles en Confiterías, Casas de regalos, Chocolaterías, Quioscos, y  como no podía ser de otra manera, aquellos de origen dudoso y expuestos al sol, que alguien coloca sobre una manta tirada sobre alguna vereda de mi Buenos Aires querido. Como éstos se ofrecen a más bajo costo, serán en definitiva, los más vendidos. Ocurre que los argentinos, más allá de ser Derechos y Humanos, ahora Buena Gente, “semo proclives, semo”, a todo lo que implique transgresiones menores, y “gallinas” respecto a bancarnos todo lo que implique transgresiones mayores que comprometan nuestra vida, nuestra salud, o nuestro intelecto.

¡O acaso Ud., señora, me puede negar que alguna vez no compró, o se vió tentada de comprar, alguno de esos corpiños estructurados, rígidos y vetustos que alguna dama tirada en la calle ofrece a la venta, utilizando como probador, el grosso tronco del árbol ubicado ahí nomás?. ¿O acaso Ud., señor, me puede negar que no hizo lo mismo, comprándole a su esposa o novia, alguna de las tantas fantasías, de esas que algún “morocho empedernido”, ofrece a la venta, adheridas a la copa de un paraguas?.

Y entonces el “contraste” – con perdón de la palabra – se hace mucho más evidente para las Fiestas Pascuales. Sobran Huevos de Chocolate, en la misma medida que faltan  esos huevos que la naturaleza protege dentro del escroto del hombre masculino, también conocidos como testículos, “suplementos” en extinción, otrora considerados tan vitales como necesarios.

La gran semejanza que hoy existe entre los unos y los otros, tiene que ver con el dudoso origen de los mismos, y el constante manoseo del que son objeto, mecanismo éste que termina por derretirles, en una secuencia penosa, desagradable e indecorosa.

Y entonces, desde mi más que modesto editorial, brego porque el Parlamento, trate a la brevedad, una Ley que propicie la proliferación del Hombre Eunuco Argentino, que confiera legalidad y legitimidad a la castración externa indolora al momento del nacimiento, circunstancia que además, contribuirá a hacer más viable, y menos traumática la futura adopción del sexo, conforme la autodeterminación del sujeto, así implique una afrenta  más a las leyes de la naturaleza, que son en definitiva, las leyes de la vida misma.

Ricardo Jorge Pareja

parejaricardo@hotmail.com

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