UNA PLATAFORMA LETONA EN LA WEB PERMITE QUE CUALQUIER CIUDADANO PROPONGA UNA LEY

Algún día llegará aquí…

LA PLATAFORMA LETONA MANA BALSS PERMITE QUE CUALQUIER CIUDADANO PROPONGA UNA LEY A TRAVÉS DE LA WEB Y LLEGUE A SER ESCUCHADA Y DEBATIDA EN EL PARLAMENTO/PINTEREST, LA NUEVA RED SOCIAL QUE DESAFÍA A FACEBOOK Y TWITTER. SE TRATA DE LA PRIMERA EXPERIENCIA DE LO QUE PODRÍAMOS LLAMAR “DEMOCRACIA 2.0”. ESTA RED PERMITE COMPARTIR IMÁGENES SEGÚN INTERESES.

Poder proponer una ley online, que sea apoyada a través de una página web y
que llegue a ser escuchada y debatida en el Parlamento parece cosa de
ciencia-ficción. En Letonia, por ejemplo, esto ya es una realidad.

Es paradójico que, a pesar de todos los avances de la tecnología, las trabas
burocráticas y el papeleo a la hora manifestar oficialmente nuestras
propuestas o sugerencias estén a la orden del día. Ahora, las herramientas
digitales nos proporcionan cada vez más oportunidades de expresarnos. Bien a
través de las redes sociales con nuestros contactos o seguidores, bien a
través de las nuevas posibilidades de feedback, la era de la información
crea un creciente flujo de sugerencias, quejas u opiniones entre los
usuarios y los actores sociales.

Para canalizar esos flujos surgieron una serie de plataformas de actuación
social que tenían como objetivo sumar esas reclamaciones y dirigirlas de
forma más eficiente hacia los entes implicados. Movimientos como Avaaz,
Actuable o Change.org comenzaron a recoger las demandas ciudadanas y las
unieron en una reclamación global. Sin embargo, todas estas iniciativas
carecían de uno de sus aspectos más importantes para que la pretendida
participación y la simplificación del laberinto burocrático no se quedase en
un grito al viento: la legitimidad.

Esta fue la carencia que Kristofs Blaus y Janis Erts detectaron y a la que
decidieron hacer frente a través de la plataforma Mana Balss, que significa
en letón «Mi voz». El sitio web, creado en 2010 con una filosofía similar a
las que existían hasta entonces, decidió diferenciarse de ellas reduciendo
el campo de actuación de las iniciativas a un ámbito más local. El objetivo
era «ser efectivos localmente, dar pequeñas soluciones prácticas, no
simplemente despertar conciencia en cualquier tema», asegura el cofundador
de la plataforma, Janis Erts.

Mana Balss pasa por ser la primera iniciativa legítima para la participación
directa de las personas en la vida política de su país. Basada en la idea de
que el ciudadano de a pie es el primero en detectar los problemas de la
sociedad en la que se mueve, el sitio web permite que cualquier persona
pueda proponer una iniciativa que acabe llegando a ser debatida en la
Saeima, el parlamento unicameral letón.

«Entendimos que una de las cosas en las que nuestro país necesitaba ayuda
era en hacer un entorno en el que las ideas floreciesen», afirma Janis Erts,
que considera que «si las buenas ideas no son capaces de desarrollarse,
todos lo sufrimos y el país no es capaz de avanzar».

El funcionamiento, que empieza con esa idea, bebe inicialmente del esquema
de otras plataformas similares. En ella, cualquiera puede proponer una idea
que, a través de las redes sociales, deberá recopilar hasta 100 apoyos que
demuestren que la petición es respaldada. Y, una vez conseguido, un grupo de
juristas da forma a la iniciativa para convertirla en un texto con validez
legal que, tras ser respalado por 10.000 firmas de ciudadanos letones, es
llevado directamente al Parlamento para su debate.

El primer problema con el que se encontraron sus creadores para poner en
marcha esta idea fue la de conseguir una necesaria legitimidad de las
firmas. Para ello, y dada la ausencia en Letonia de un DNI electrónico,
decidieron contactar con los bancos que, a través de las cuentas de los
ciudadanos, podían comprobar que la identidad era real y fiable. Como
explica Janis Erts, esa fue la parte difícil. «Fue complicado en un
principio explicar la idea, ya que no es común que la gente proponga ese
tipo de iniciativas», dice el creador, aunque añade que una vez se puso en
marcha «fue muy fácil hablar con los bancos y, en estos momentos, son ellos
los que contactan con nosotros y no al contrario».

Tras haber logrado una legitimidad de las firmas, «el Gobierno no tenía
ninguna razón para decir que no; de hecho, les encantó», explica Erts, que
considera que «muchas veces olvidamos que en los gobiernos trabaja gente y
que, si se intenta dialogar con ellos, generalmente responden y ayudan».

De hecho, la plataforma debió parte de su éxito al expresidente del país,
Valdis Zatlers, que usó su influencia para llevar una de las iniciativas
nacidas al amparo de Mana Balss al Parlamento. Finalmente, a través de esa
idea inicial se formularía una ley que exigía revelar la información de los
propietarios de empresas extranjeras. Sería una de las dos iniciativas
propuestas en la página que finalmente se convertirían en ley. «Es la prueba
de que cualquier iniciativa que sea firmada por más de 10.000 personas de
más de 16 años, llegará directamente al Parlamento», mantiene Erts.

Pero los planes no se quedan en su país de origen. En estos momentos, el
objetivo es desarrollar Mana Balss en otras naciones, como Lituania o
Estonia, o incluso el Reino Unido. La idea, según Janis Erts, es «expandir
el proyecto al conjunto de la Unión Europea y convertirnos en la plataforma
de alojamiento de la Iniciativa Ciudadana Europea», una idea que busca
fórmulas sencillas de participación pública en la elaboración de políticas
de la UE.

El fundador de la iniciativa considera, además, que la participación a
través de herramientas 2.0 debería incluir un campo más amplio, como
referendums o elecciones, «aunque en ese caso deberían partir del Gobierno
mismo» y admite como fundamental «el apoyo de Mana Balss que, con su
experiencia en el asunto, puede conseguir que el proceso se haga más
rápido».

Janis Erts afirma, además, que países como España, que posee ya una
herramienta (aunque infrautilizada en nuestro caso) como el DNI electrónico,
hace las cosas todavía más fáciles de cara a la autorización y legitimidad.
«Podríamos lanzar el proyecto allí también», sentencia el fundador. Y
nosotros esperamos que así sea.

Por Paulino Vilasoa
Fuente: La Voz de Galicia

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