El Técnico en Prevención de Desastres, Claudio Knaup, se refirió al temporal que azotó Buenos Aires el miércoles para explicar el fenómeno llamado «microrráfagas descendentes».
Según fuentes del Servicio Meteorológico Nacional, el temporal que azotó a Buenos Aires el miércoles no fue un tornado sino un fenómeno meteorológico llamado «microrráfagas descendentes», también conocidas como “reventón” o “microburst”.
La microrráfaga es creada en las alturas por un área de 4 km de diámetro o menos donde el aire que se encuentra descendiendo es enfriado por la lluvia (en este caso), el cual luego de alcanzar el nivel del suelo se extiende en todas direcciones con velocidades que pueden ir desde los 80 a 150 km/h.
Con efectos muy conocidos sobre la navegación aérea (pueden provocar problemas serios en el despegue y aterrizaje), también son bastante perjudiciales en otros sectores, como por ejemplo la agricultura, los bosques o áreas forestales e incluso las ciudades que tengan la mala suerte de quedar en el camino, pudiendo sufrir importantes pérdidas. La fuerza del aire puede ser tan importante, que se conocen casos donde objetos arrancados pueden recorrer más de un kilómetro.
Las instalaciones eléctricas también son muy afectadas pudiendo incluso originar incendios al ser derribados los postes de luz, y el riesgo de una descarga eléctrica es evidente.
El fenómeno puede llegar a ser tan desconcertante que puede presentarse sin lluvia, con lluvias copiosas o con granizadas de piedras de hielo de gran tamaño.
Es un fenómeno a escala tan pequeña que hoy por hoy es muy difícil que pueda ser detectado. Sin embargo, existen equipos de avanzada (por ejemplo Radares Doppler), que solucionan en parte la poca información que se tiene respecto a éste fenómeno.
El único consuelo que nos queda es que es relativamente poco frecuente.
Los daños que pueden producir son similares a los de un tornado de baja intensidad. Los Tornados se clasifican con la “Escala de Fujita” (de 0 a 5), en base a la velocidad del viento estimada. Para este caso en particular lo ubicaríamos dentro de la escala F0: Daño Leve (viento menor a 117 km/h) a F1: Daño Moderado (viento entre 117 y 180 km/h), cuyos daños típicos son: daños en chimeneas, ramas de los árboles rotas, árboles de raíz poco profunda arrancados, paneles de señales dañados, se despega la superficie de los tejados, coches en movimiento arrastrados fuera de las carreteras. Es decir, no muy lejos a lo ocurrido en Buenos Aires.
Claudio David Knaup