SE PREFIERE LA PYME ANTE LA MULTINACIONAL AL BUSCAR TRABAJO

Un trato más cercano con el número uno de la empresa; más flexibilidad; una apuesta al salario variable; mayores posibilidades de ver plasmada una idea; más vacaciones; mejor manejo de los tiempos personales. Si hace unos años la meta de cualquier joven universitario recién egresado era entrar y hacer carrera en una empresa grande o multinacional, hoy piensa en una pyme como una muy buena alternativa.

Según datos del Ministerio de Industria, entre 2003 y 2011 se formaron 140.000 pymes. De ellas, 15.000 son industriales y crearon, cada una, 15 empleos promedio por año. El 60% de las nuevas pymes nació de la mano de jóvenes de entre 18 y 35 años.

Las pymes generan entre el 70 y 75% de los puestos de trabajo. Su clasificación depende del sector al que pertenecen y también de su facturación anual. Por ejemplo, para comercio, una microempresa factura hasta $ 2,4 millones por año, una pequeña hasta $ 14 y una mediana, hasta 111,9 millones de pesos.

¿Y dónde están los graduados que no vienen?

Pero atención. A pesar del crecimiento del país en los últimos dos años se nota un parate en la contratación de personal. Según un informe de la fundación Observatorio Pyme, la inflación, la presión impositiva y el riesgo laboral (o juicios) son límites para contratar nuevos trabajadores en relación de dependencia.

Ricardo González, de Pullmen, agrega que «entre las cosas que atormentan hoy a las pymes también está la complejidad administrativa, con el estado, municipios, la AFIP y los sindicatos con poder de policía. En estas cuestiones, las pymes deben usar el 40% de su actividad administrativa». La inseguridad, la falta de crédito y la sindicalización de las tareas también lleva a que, aunque produzcan más, traten de no tomar a más gente. De allí que la migración de una empresa a otra no sea tan fácil.

Como tampoco es fácil para las empresas más grandes. «Hoy, las políticas orientadas a los negocios favorecen a la industria nacional. Las empresas subsidiarias, por otro lado, tienen márgenes más bajos», dice Florencia Deverill, gerente de Talento y Compensaciones de Aon Hewitt. Sin duda, hay algo en común entre grandes, medianas y pequeñas. El mercado laboral está en estado de alerta y en compás de espera.

Pros y contras

De todas maneras, la dinámica de la oferta y demanda continúa, aunque no crezca. «Para quien busca trabajo, yo encuentro desafiante e interesante entrar a una empresa en expansión, que necesita de todas tus capacidades para salir adelante», dice Deverill. «Las multinacionales, por su parte, tienen procesos estandarizados, con directivos que responden a un gerente regional, por lo que alguien ya pensó, en otro lado, el negocio.»

Coincide Enrique Babis, socio de Price Waterhouse & Co. «Las personas valoran los ambientes laborales flexibles, con contacto frecuente con los líderes, un trabajo atractivo y desafiante, trato personalizado, posibilidad de lucirse, participar, trascender. Los empleados necesitan un sentido de pertenencia, claridad en las expectativas y reconocimiento por el rol y los aportes realizados. El tamaño de la empresa o su condición de multinacional pasan a un segundo plano si no alcanzan al menos un satisfactorio en estas otras materias. Muchas pymes son fuertes en estos puntos, y se apoyan en ellos a la hora de tentar a un talento formado por una empresa grande.»

Según Carolina Miranda, gerenta de Consultoría de Hay Group, «es cierto que las grandes empresas son culturas caracterizadas por bajadas de línea corporativas, pero tienen la virtud de poner en marcha prácticas innovadoras. La pyme puede ser menos rígida, las cosas pueden fluir más fácilmente, pero hay un abanico muy grande. Quizá las más grandes tienen una gestión más profesional, pero hay otras que dependen de los caprichos del dueño o tienen un estilo de liderazgo paternalista y conservador».

Del otro lado del péndulo, «los jóvenes entran ilusionados a una multinacional, pero al poco tiempo se van desencantando», dice Agustina Paz, de la consultora homónima. «Cuando se dan cuenta de que allí son muy pocos los que crecen, o forman su familia y necesitan otras cosas de la empresa, salen a buscar la pyme. Las empresas grandes todavía están con toda su apuesta en los recién recibidos y en los programas de Jóvenes Profesionales, y no se dan cuenta de que los que son todavía jóvenes, pero ya formados, se les van», agrega Paz.

Sin embargo, hay dos profesiones en las que las grandes se defienden con uñas y dientes: ingenieros y especialistas en tecnología. «Ahí noto que las pymes están más complicadas y no sólo por los sueldos. La gente que trabaja en IT busca empresas que tengan lo último en tecnología, y que la inversión sea constante, porque saben que se quedan afuera del mercado si no están al día, y esto puede significar quedar varados en sus carreras», dice Paz.

Hay más rubros en los que no se consigue personal. Según la Encuesta Estructural a Pymes Industriales 2011, de la Fundación Observatorio Pyme, el año último continuaron los problemas para contratar mano de obra de todos los niveles de calificación. El 83% de los empresarios que buscaron nuevo personal declaró haber tenido dificultades altas o medias para contratar operarios calificados o técnicos no universitarios; el 67% para contratar universitarios, y el 38% para captar personal sin calificación.

Además, «es un mito que a la Generación Y no le interesa el salario», asegura Zoltan Rosenfeld, director de la consultora Mercer. «Pero la diferencia está en que hoy se mira la compensación total y no sólo la monetaria.»

El salario

«Un puesto relevante y similar en una empresa grande y en una mediana o chica puede estar en un 10% más para quien trabaja en la grande. Pero, por otro lado, es cierto que allí se tarda más en crecer. Entonces sucede que se migra a una pyme, pero con un ascenso en el puesto, y así se puede llegar a ganar más», explica Enrique Babis.

Para Ezequiel Palacios, socio de Michael Page, en términos de salario nominal, generalizando a través de industrias y posiciones, no existen grandes diferencias. Pero «si nos referimos a la manera de percibirlo, cuando hablamos de empresas multinacionales no caben dudas sobre la formalidad, tanto en términos de salario fijo como variable. En tanto, en una pyme, la informalidad se encuentra presente. También en lo que respecta a compensaciones y beneficios, en las multinacionales el desarrollo es notoriamente superior. En las pymes, las escalas de compensación son discrecionales o se encuentran desdibujadas».

Deverill también asegura que un gerente en una multinacional gana más que en una empresa mediana, «pero existen los variables y los pagos no ortodoxos, como mercadería, viajes, etcétera, a través de los cuales pueden llegar a superar ese salario. También se puede ser socio del negocio y participar de las ganancias. Además, las empresas nacionales tienen más flexibilidad para elegir los componentes del pago del salario. Las multinacionales, en cambio, deben seguir políticas que vienen del exterior».

Como conclusión, si algo caracteriza a la nueva generación, de la que también están aprendiendo los mayores, es a no tener miedo al cambio. «Si los talentos con vocación emprendedora, un verdadero recurso escaso, en particular en las empresas grandes y maduras, no logran canalizar sus inquietudes de innovación en sus propias organizaciones (intrapreneurship) -advierte Babis- terminan optando por empresas más pequeñas, sumándose a un start-up o iniciando un proyecto propio apalancándose, paradójicamente, en la experiencia y los conocimientos de la industria, obtenidos en esas mismas empresas en las que no ha logrado desarrollar todo su potencial.»

Escenario

70% Es el porcentaje de empleo formal nacional que generan las pymes, según el Ministerio de Industria.

140.000 Son las nuevas pymes creadas desde 2003. El 60 por ciento son de jóvenes de entre 18 y 30 años.

10% Es la diferencia salarial que, generalmente, tienen a su favor quienes trabajan en una empresa grande con respecto a los que están en pymes.

FUENTE: lanacion.com.ar

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