Según consta en el Diario de Sesiones, la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, en el plenario del 24 de setiembre de 1992, aprobó la Ley de Privatización de YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales).
Al verse en minoría, los diputados radicales se retiraron del recinto, y el menemismo gobernante (PJ) logró formar quórum gracias a los legisladores del bloque de la Ucede presidido por Álvaro Alsogaray.
El proyecto para privatizar YPF había sido enviado originariamente al Senado por el Poder Ejecutivo (Carlos Menem), y le dio media sanción, enviándolo a Diputados para su aprobación definitiva como ley nacional. El entonces presidente Menem había impartido la orden de no permitir ninguna modificación: a libro cerrado.
Los miembros informantes de la Comisión de Energía y Combustibles de la Cámara de Diputados, donde se le dio dictamen al proyecto del Ejecutivo y se recomendó su aprobación sin modificación alguna, fueron los diputados Gualberto Venesia, de Santa Fe; y Oscar Parrilli, de Neuquén.
En esa oportunidad, Venesia manifestó en su discurso: «La Comisión no va a aceptar ninguna modificación…».
Ante la airada protesta de los legisladores de la oposición presentes (los de la Ucede y los de los partidos provinciales), el otro miembro informante de la Comisión, diputado Oscar Parrilli, pidió la palabra y dijo:
“Pedimos disculpas y comprensión a todos los señores diputados que nos han acompañado en esta sesión, por la urgencia que nuestro bloque (el menemista) tiene en la aprobación de esta iniciativa, porque hay plazos establecidos para llevar adelante la privatización (de YPF), y la circunstancia de introducirle modificaciones nos exigiría que vuelva al Senado, lo que frente a la finalización del período ordinario de sesiones, nos impediría sancionar este proyecto de ley”.
Pocos minutos después de esas palabras de Parrilli, la Cámara aprobó, sin cambios, el proyecto de privatización de YPF enviado por Menem.
Esa noche (24/09/1992), la votación terminó con 120 diputados a favor de la privatización de YPF contra 10 en contra, la mayoría de partidos provinciales y sin la participación del radicalismo y otros bloques que se retiraron del recinto.
Una semana antes, la entonces diputada provincial de Santa Cruz, Sra. Cristina Fernández de Kirchner, había denunciado y amenazado públicamente a los diputados nacionales que se negaban a privatizar YPF, diciendo:
«Un conjunto de legisladores de la Cámara de Diputados de la Nación, cada uno con sus respectivas razones, vienen obstruyendo la posibilidad de que aquella Ley de Federalización de Hidrocarburos y de Privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales tenga siquiera su tratamiento en esa Cámara. Como se comprenderá, ninguna argucia reglamentaria debe estar puesta al servicio de retrasar las soluciones que nuestra provincia necesita. Del dictado de esa ley depende hoy el envío de los US$ 480 millones y el pago de nuestra parte en la licitación de las áreas ya concretada.»
La Ley, que no llevaba un marco regulatorio y transformaba YPF en sociedad anónima, transfería los yacimientos a las provincias, vendía los activos y acordaba como prenda de intercambio el pago de regalías a las provincias productoras.
Así, a Salta le tocaron US$ 120 millones, a Mendoza U$ 638 millones y a Santa Cruz, dinero que el entonces gobernador Néstor Kirchner no se atrevió a rechazar, U$S 480 millones, dinero que luego desapareció “misteriosamente”, durante la gobernación Néstor Kirchner.
El entonces diputado Oscar Parrilli, protagonista central de aquella privatización promovida por el presidente Carlos Menem y exigida desde Santa Cruz por la entonces diputada provincial Cristina Fernández, es hoy secretario general de la Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.
A su vez, el senador nacional Carlos Menem es hoy día aliado legislativo de Cristina Fernández de Kirchner.
Fuente: Urgente24