LOS ARGENTINOS, CADA VEZ MÁS ARMADOS

"Más peligroso quemono con navaja". El dicho refiere a la peligrosidad de usar algo para lo que no estamos preparados.
"Más peligroso que mono con navaja". El dicho refiere a la peligrosidad de usar algo para lo que no estamos preparados.

Argentina se parece cada vez más a USA. Según datos del RENAR, en los últimos años fueron más las personas que renovaron sus permisos para tener armas o lo obtuvieron por primera vez que quienes entregaron sus revólveres o escopetas para su destrucción. En Argentina hay un arma registrada cada 20 habitantes, cifra que se incrementa si se tiene en cuenta las que existen en la ilegalidad.

Según todas las encuestas, la principal demanda de la población tiene que ver con la inseguridad, y al parecer, ante la creciente actividad delictiva -cada vez más violenta-, la sociedad civil ha optado por tener armas en su poder, con la idea de que será útil ante la posibilidad de un ataque.

Datos del RENAR revelaron que 128.494 armas de todo tipo y calibre fueron entregadas voluntariamente, pero en los últimos cinco años aprobó la condición de legítimo usuario a más de 200.000 usuarios que decidieron conservar su material de tiro deportivo o defensa personal. Registros oficiales de la entidad, al 30 de junio de 2010 figuraban un total de 784.314 usuarios individuales.

En Argentina, si se toma en cuenta la franja etaria de 18 a 65 años, hay una persona legalmente armada cada veinte habitantes. Esa cifra se incrementa exponencialmente si se tiene en cuenta las armas existentes en el mercado negro. La relación con USA es de un arma cada 1,5 ciudadanos, y en Colombia, de una cada 45 habitantes.

¿Defenderse?

Proteger el hogar con un arma de fuego puede transformarse en una decisión que aumente los peligros para una familia. Incluso para sus vecinos.

La presencia de una pistola en las cercanías de cualquier discusión sube el riesgo de la resolución sangrienta de conflictos menores. Y aporta a su propietario una sensación falsa de poder, de capacidad de enfrentarse con un evento de inseguridad real para el que podría no estar preparado.

Hasta los policías -capacitados como pocos para el uso de armas- que en su tiempo libre se ven involucrados en tiroteos pierden la vida ante la sorpresa del ataque y la inferioridad de condiciones tácticas. Por eso quienes estudian la situación que provocan las armas en manos de la sociedad aconsejan no buscar la seguridad propia en un arma.

El tiroteo durante un robo en la vivienda del conductor radial Angel Baby Etchecopar puso este tema nuevamente en la agenda pública.

En ese caso concreto será la Justicia la que determinará si el dueño de casa y su familia quedaron en una situación de muerte inminente que justificó la reacción.

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