El desalojo de los puesteros que trabajaban en forma ilegal en la denominada feria de La Salada, sigue causándole dolores de cabeza al gobierno que encabeza el intendente, Martín Insaurralde. Es que, luego de la promesa de que los feriantes serían reubicados, un grupo de vecinos se opone a que los puestos sean instalados en un club de Ingeniero Budge y ya amenazaron con “resistir” el embate de la Comuna.
Luego de que a principios de enero el juez federal Luis Armella ordenara el desalojo de los puestos que se ubicaban a la vera del Río Matanza-Riachuelo, el Municipio prometió el traslado de los 6 mil feriantes a varias ferias internadas del distrito. Por caso, una de las opciones era llevar a una parte de esos feriantes a Ukurpiña, una de las ferias legales en la zona.
Pero, en las últimas semanas trascendió que la intención de la intendencia es la de armar una especie de feria franca en el club Villa Amelia, en Ingeniero Budge, a través de un convenio entre el Municipio y la comisión directiva de la institución.
A raíz de la movida, un grupo de vecinos comenzó a juntar firmas y prometió “resistir” la ubicación de los feriantes porque consideran que el club es uno de los últimos espacios verdes de la zona. Además, porque en caso de que la feria se instale ocupará la cancha de fútbol del club.
Con ese escenario, antes de ayer, un grupo impidió el acceso de máquinas del municipio y los vecinos denunciaron “aprietes” por parte supuestas patotas municipales, algo que fue desmentido por fuentes comunales. De todos modos, desde la administración de Insaurralde prefirieron no hacer comentarios sobre el tema.