COMUNAMUGRE: Lugano (capítulo 4)

La roña nuestra de cada día

COLGADOS DE LAS RAMAS

Por Víctor José Del Vento y unos buenos vecinos (que no son muchos, claro)

No siempre ocurre con el trabajo periodístico, pero suele ocurrir. En mi caso les refiero la dicha personal por la consideración de los vecinos por esta humilde sección. Así también me halaga la bronca de los punteretes de siempre, mucho más preocupados por defender su pedacito de telaraña partidaria que el terruño propio. En fin…

En esta entrega nos ocuparemos de las podas municipales.

Vamos a establecer un axioma: los empleados municipales no se comportan en nuestros barrios como lo hacen en otros. Es decir, los cuidados en sus tareas titánicas no son en nuestros barrios como lo son en otros. Y para ejemplo que mejor que el caso que nos toca; la poda.

Emilia es una vecina de Lugano I y II que trabaja como domestica para una familia de Belgrano “R” hace 25 años. Su relato explicará mi punto: -En Belgrano, cuando la cuadrilla municipal pasa a levantar los árboles caídos después de cada tormenta fuerte, parecen de esas películas de ahora de virus. ¿Vio que andan todos con unos enormes trajes y aparatos raros? Allá es igual. Aparte no tenemos ni que llamar para que los vengan a levantar. Vienen con los camiones y las palas y no dejan ni una rama. Es increíble verlos.

El relato de Emilia es tan claro que no hace falta decir más. Como en la germinación del poroto, -que tanto practicábamos en nuestras clases de botánica escolar-, el “ramerío” infiel queda tantos días tirados en nuestras calles, que vemos como sus colores cambian cada día en una inusitada muestra de arte urbano natural. Claro que en el medio, las ratas, los perros, las moscas. Aclaremos que a la poda se suma la caída natural por otros factores, lo cual nos permite que los 365 días podamos los vecinos si así lo quisiésemos, festejar San Pedro y San Pablo.

Los operativos de poda por estos lares funcionan solo bien, cuando estos son acompañados por el ministro de turno. Y si; cada vez que Santilli se olvida la corbata en el baño y tiene que salir a inspeccionar el trabajo de la gente de su área, entonces, si y solo si; las cosas se hacen como dios manda. En nuestra zona testigo, lo usual es que los “cortadores” vayan por un lado y los camiones encargados de arrear con las ramas vayan por otro. No quiero creer que los camiones esos días de operativo también cumplen otras tareas que no son precisamente oficiales. No quiero creer en eso, para nada.

Los vecinos nos siguen tapando de material, -que agradecemos-, para nuestra cruzada fotográfica.

Gracias vecina Silvia Catalano, Damián Domínguez, Sebastián Ojeda, Esteban Solimano y Lautaro Acosta

Buen provecho

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