VILLA SOLDATI HONRÓ A «SU» VIRGEN DE FÁTIMA

CON LA FE INTACTA CAMINARON BAJO EL LEMA: «NO TENGAN MIEDO»

Vecinos y fieles de Villa Soldati y otros barrios de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires compartieron el pasado lunes 13 de mayo la celebración de las fiestas patronales en la parroquia santuario de Nuestra Señora de Fátima, con el lema “No tengan miedo”, y que se prepararon con el rezo de una novena. A 96 años de las apariciones a los tres pequeños pastores, las fiestas comenzaron el domingo 12, y concluyeron en la noche del lunes 13, luego de la procesión y misa que presidió el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mario Aurelio Poli. El templo de Villa Soldati fue el primero en ser consagrado a esta advocación mariana.
Vecinos y fieles de Villa Soldati y otros barrios de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires compartieron el pasado lunes 13 de mayo la celebración de las fiestas patronales en la parroquia santuario de Nuestra Señora de Fátima, con el lema “No tengan miedo”, y que se prepararon con el rezo de una novena.

A 96 años de las apariciones a los tres pequeños pastores, las fiestas comenzaron el domingo 12, en las vísperas de la fiesta de Nuestra Señora de Fátima, con los bautismos comunitarios de 28 adolescentes y adultos en la Plaza de Fátima. «Fue una gran ocasión para testimoniar la fe en medio del barrio y anunciar la Buena Noticia a los vecinos que se acercaban a la celebración”, estimó el padre Andrés Tocalini SM, párroco de la comunidad, quien condujo al santuario a los recién bautizados para que fueran consagrados a la Virgen.

Esa misma tarde, a las 18, comenzó la procesión con la Virgen de Fátima por las calles del barrio, rezando el último día de la novena y acompañándola con antorchas. Al regresar al templo parroquial se celebró la misa con una nutrida presencia de jóvenes.

El lunes 13, a las 7, se abrieron las puertas del santuario para que los fieles ingresen a rogar la intercesión de María, llevar sus preocupaciones o agradecer las gracias concedidas. Hubo misas a las 8, 9, 10, 11, 15, 15.30, 17 y 19.

La Obra de Fátima incluye también una escuela con más de 2400 alumnos de todos los niveles educativos, desde el jardín de infantes hasta el nivel terciario. En cada uno de los turnos (a las 11, 15,30 y 19) se celebró también la Eucaristía en los patios de la escuela, sumándose los peregrinos que venían al santuario.

El lunes, a las 18, el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mario Aurelio Poli, compartió con la comunidad el cierre de los festejos. A su llegada, se trasladó la sagrada imagen de esta advocación a la vereda de la parroquia para recibir el saludo de los peregrinos, que arrojaron una lluvia de pétalos de flores. El momento estuvo engalanado con algunas piezas ejecutadas por la Banda de la Policía Metropolitana.

Los vecinos y su fe por la Virgen de Fátima

Minutos después, salió la procesión con la Virgen por las calles del barrio. En primer lugar, se detuvo en la esquina de Ana Janer y Mariano Acosta, en el terreno donde se está construyendo el edificio del Instituto Superior Terciario Nuestra Señora de Fátima. El arzobispo entró al predio para bendecir la obra.

Luego, la procesión continuó hasta la ermita en el Descanso del Peregrino, donde todos los presentes, en nombre de los habitantes la ciudad, renovaron la consagración de Buenos Aires al Inmaculado Corazón de María. Esta consagración se renueva todos los años desde que se inauguró la ermita.

La procesión culminó en la Escuela de Fátima, donde a las 19 se celebró la Eucaristía, presidida por el arzobispo, con la presencia de los peregrinos y los alumnos y docentes de la institución educativa. Concelebraron el párroco, padre Andrés Tocalini SM y otros sacerdotes marianistas que durante el día ofrecieron sus servicios sacerdotales en el Santuario.

Culminada la celebración, se compartió una cena a la canasta con comidas típicas de los lugares de origen de los alumnos. Luego se siguió con un festival musical a cargo de docentes y alumnos. Mientras tanto, los peregrinos, sobre todo aquellos que solo pueden asistir al salir de su trabajo, seguían acercándose al santuario para expresar su amor a la Virgen.

La parroquia santuario de Nuestra Señora de Fátima de Villa Soldati está ubicada en la avenida Mariano Acosta 2979, y es la primera iglesia dedicada a la Virgen de Fátima en la Argentina. La imagen que allí se venera fue traída especialmente desde la ciudad de Fátima en la década del 40, por el entonces embajador de Portugal en la República Argentina.

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