Cuando la semana pasada le regalaron al Papa Francisco un Renault 4, modelo que también había tenido cuando era joven, los «fanas» del simpático modelo le enviaron su carnet de socio del club del renault 4 en el país.
Es que el auto que recibió el Papa en el Vaticano el sábado pasado –regalo de un cura de Verona– no fue el primero de su estirpe que usó Bergoglio. Fuentes cercanas a la familia de Francisco aseguraron que durante su juventud tuvo otro, de color verde claro y, según dijo a la revista Familia Cristiana Renzo Zocca, el párroco veronés, Bergoglio le aseguró que su “Renoleta” nunca le había fallado. Los fanáticos miembros del Renault 4 Motor Club pretenden enviarle a Roma el carnet de socio a Francisco.
En el país natal del Sumo Pontífice hay muchos fanáticos del Correcaminos, como lo llamaba una publicidad de los 70. Alex Bernhard tiene 58 años y es diseñador gráfico. Pero desde hace 36 años su verdadera pasión es el llamado Cuatro Latas. “Luego de aprender a conducir el Ford 34 de mi papá, en la empresa donde trabajaba me asignaron un Renault 4 S modelo 1975. Con él hice mis primeros viajes a la costa, y no era un auto para el levante”, recuerda Alex y aclara, en coincidencia con lo expresado por Bergoglio: “Nunca me dejó a pie”.
La historia de Alex está atravesada por su pasión: luna de miel a Uruguay y a Brasil sobre ruedas, vacaciones con sus hijos al Norte argentino y aventuras como el viaje desde Catamarca hasta el Paso de San Francisco en Chile, donde se perdieron en plena cordillera y tuvieron que ser rescatados. En 2000, Alex descubre que hay “muchos otros locos que tenían esta particular devoción por el R4” y se une al Argentina Renault 4 Motor Club, del cual hoy es presidente.
Rita Merlo, también socia del club, estaba de vacaciones en Paraná, Entre Ríos, junto a su marido Federico cuando vieron un Renault 4 modelo 69 en venta. “Nos enamoramos y nos lo trajimos andando”. Esta fanática asegura que Renata, así llamó a su auto, es su niña mimada. Los fines de semana salen a pasear con su marido, su hijo y otras familias renoleras por Haedo. Además de este Renault 4, Rita y Federico tienen un Gordini modelo 1968 que exponen en eventos.
En el caso de Fernando Rodríguez, se trata de una pasión familiar: conserva el Renault 4 que era de su papá. Llegó a su casa cuando él tenía 12, hace veinte años. Tiene un R4 Furgón en uso y otros tres a los que les dedica los fines de semana, otro furgón, uno sedan y uno pick-up: “Son las tres versiones que se fabricaron en Argentina”, asegura.
Fernando, junto a Cristian Sanjurjo, un joven estudiante de ingeniería mecánica de Arrecifes, también fanático de los Cuatro Latas, son encargados del manejo de las redes sociales del “Renault 4 Argentina Motor Club”.
Así se conectó con ellos Andrea Saldaña, una maestra de Colón, Entre Ríos, que presentó a su “Stronzo”, un Renault 4 blanco modelo 75, en Facebook. “Lo compré hace dos años, me encantó no bien lo vi. Mi tía tenía uno igual y lo había apodado del mismo modo, así que seguí la tradición familiar. Es como un hijo para mí”. En la escuela donde trabaja es conocido entre alumnos y padres. La entrerriana asegura que no es casualidad que Bergoglio elija este coche: “Es un auto muy noble y coincide con su personalidad”. En este punto coincide Soledad Giralt, profesora de Bellas Artes y también fanática renolera: “Se trata del auto más barato del mercado. Creo que es un buen mensaje de humildad”.
Todos los socios del club se encuentran el último domingo de cada mes en la colectora del Acceso Oeste y Boulevard Fleming, en Ituzaingó. En esas reuniones programan salidas o discuten aspectos técnicos de los vehículos. El tema que los convocará en la próxima reunión es cómo enviarle al papa Francisco el carnet de socio vitalicio del club.
«Correcaminos for ever»
Creado para competir con el Citroën 2CV, el Renault 4 nació en 1961. Durante el boom económico europeo de la década de los 60 tuvo gran éxito entre la clase media. Podían verse estacionados cientos de R4 cerca de los centros comerciales y supermercados del viejo continente. Además, marcó un hito importante en la historia de Renault ya que fue el que inauguró la tracción delantera en la marca, además de haber sido el primer auto de su categoría que incorporó una quinta puerta, el famoso “portón” trasero.
En la Argentina comenzó a fabricarse en 1963 por IKA-Renault en la planta Santa Isabel, en Córdoba. Por su bajo costo y practicidad, rápidamente se convirtió en un éxito de ventas.
Al popularizarse adquirió el nombre de “Correcaminos”, producto de un eslogan publicitario, . También fue un “jean” sobre ruedas o “Renoleta”, por su versión de carga. En la Argentina se fabricó hasta 1986 un total de 150 mil autos. Por compatibilidad con otros motores similares de la fábrica Renault y por haberse hecho completamente en el país, hoy pueden conseguirse los repuestos necesarios para que no sea únicamente de exposición.