el museo criollo por antonomasia corre peligro
UNA NOCHE (NEGRA) EN EL MUSEO
El museo del tradicionalismo argentino por excelencia, está en medio de una obra de remodelación a cargo del GACBA, pero con inexplicables atrasos y cambios sobre la marcha que hacen dudar sobre las verdaderas intenciones de «refrescarle la cara»
Como siempre, enero sorprende por la celeridad con que se encaran obras potencialmente conflictivas en la CABA, por su cariz destructivo de la cultura y la identidad. Ahora, porque nada se salva de la piqueta negociadora, le llegó la hora al Museo de Arte Popular José Hernández, ubicado en Av del Libertador 2373.
El OBSERVATORIO DE PATRIMONIO Y POLÍTICAS URBANAS ya realizó una denuncia por las obras que se están haciendo en el edificio, declarado de interés histórico para la ciudad de Buenos Aires.
El Museo está en obras desde hace unos 6 meses. En un principio hubo un plan de obra que aparentemente resultó inviable y no se pudo realizar, y la obra se modifica todos los días. Esto desde el vamos es raro, ya que la intervención de un edificio de un museo debe estar aprobada desde el vamos, y en todo caso cada modificación al proyecto original debe ser aprobada de la misma manera, pero no sucede esto en el improvisado universo amarillo.
La idea, por supuesto, es poner una confitería, es raro ver ideas distintas a estas en esta gestión, pero a esto se agregaba una super obra de la cual se desconoce la función, pero que es muy cara, por supuesto. Por ejemplo, el jardín era un espacio verde y le pusieron baldosas y cemento, metodología habitual en parques y plazas, resistida por los vecinos. Alguien debe haber reparado en estos espacios verdes de los cuales creen que pueden disponer discrecionalmente, pero en realidad esto es una falacia, ya que forman parte de la superficie absorbente de la Ciudad, que esta sumamente disminuida por la acción cementadora de la gestión.
Como consecuencia de esta improvisación, el museo quedaría solo con una sala de exposición: de 6 quedarían 2, pero en realidad una de ellas tiene el piso por desmoronarse y no se piensa arreglar «en esta licitación» (sic) y el depósito, que debía ampliarse, seria un cuartito.
Hay ya una nota presentada ante la Defensoría, se entregó por mesa de entrada, y cursa con Nº de Expediente EX-2013-07161923-MGEYA-SSPCULT . Hasta el presente no se obtuvo respuesta alguna.
Ahora están demoliendo la parte de atrás, un segundo cuerpo, inclusive un ventanal precioso: era una de las sala de exposición que se querían preservar, en su lugar harán otros con unas ventanas nuevas pequeñas y en planta baja la confitería.
Es evidente el desprecio de la gestión actual por cualquier faceta de la cultura, hay dos posibilidades, creemos: el negociado es muy atractivo, la segunda es que verdaderamente no entiendan nada del tema, lo que no los hace inocentes, y la tercera nos remite a la famosa «Cuando escucho hablar de cultura saco la pistola», atribuida a Göering, lugarteniente de Hitler y responsable de buena parte de la destrucción del patrimonio cultural alemán durante el nazismo.