En el club Lugano F.C. con la presentación de la obra teatral “Remanente Sur”, se homenajeó a uno de sus protagonistas, nuestro vecino Rubén Atilio Maravini, bautizando a la sala con su nombre.
EL TEATRO DE LA VIDA
por Víctor José Del Vento
Y el título es tan verosímil como justo, ya que el domingo 11 de mayo fue una jornada plena de tan puras como variopintas emociones que justifica un “racconto”, a saber…
LA COMEDIA DEL ALMA
Catalogar la propuesta de la obra “Remanente Sur” no es cosa sencilla, aunque urgidos por el cierre de una edición apuremos su exhibición en la galería de “comedias-dramáticas”, ya que la obra escrita y dirigida por Hugo Asencio es rotundamente efectista desde todos los ángulos posibles, ya que el humor ronda por demás los aires, como así también la honda reflexión que propone la contemplación de los avatares y penurias del alma humana en su recorrido terrenal.
Rubén Atilio Maravini (Cacho) y Pablo Palacio (Julián) son los actores que se calzan a la perfección las consabidas máscaras de la comedia. Ambos desempeñan con la profundidad deseada, el rol de dos hermanos que cronológicamente andan por la mitad de sus vidas. Compinches, socarrones y cautos, los diálogos son la clara exposición de la mejor consanguinidad que debe esperarse de un prójimo con el que la vida lo ha emparentado vía padre y madre.
La obra tiene momentos hilarantes con diálogos de truque y retruque constante de dos trasegados cultores del oficio del buen actuar y mejor interpretar, y así, los dos corren parejos a la hora de reírse de su contraparte y de sí mismos.
Si de receptar el mensaje se trata, el mismo es absolutamente verosímil, toda vez que desde la ficción, ambos personajes plasman sobre el escenario los mejores valores, como; confraternidad, solidaridad y esperanzas.
El otro punto fuerte de la obra, es el positivismo como carta magna del espíritu que fluye ida y vuelta de Rubén Maravini a “Cacho”, desde la auto mirada para nada complaciente desde su silla de ruedas: y aquí es donde Rubén lo baja a Cacho del escenario y es el mismo, quién cuenta y muestra la fuerza que impera en cada uno de nosotros frente a la adversidad y que no siempre encontramos disponible.
El positivismo de “Julián” en cambio, pasa por esa balsa constituida por una mujer que acaba de conocer y que el intuye, lo rescatará como náufrago del océano de la soledad, desde todos los puntos de vista posibles, para una relación idílica en cuanto a belleza, fortuna y expectativas.
En resumen: una obra imperdible para ver y sentir si está encuadrado usted, como superviviente de una realidad indubitable: la vida.
ESOS AMIGOS DEL ALMA
Desatando los lazos de este momento mágico, cada punta de las cuerdas tienen nombres y apellidos y vidas y destinos entrecruzados en los bellos caminos de la amistad consagrada. Rubén y su vida de bien, son y han sido los titiriteros de esta celebración del afecto entre prójimos.
ELENCO POR ORDEN ALFABÉTICO
ALBERTO ALESSI (Capítulo I)
Alberto es un óptimo fogonero del arte del teatro popular de calidad, que no se rinde en su incansable trajín de acercar a su barrio obras desde siempre.
NS: – El mérito de traer la obra es tuyo.
AA: – No por favor, no es ningún mérito mío. Simplemente me pareció bueno traer la obra a Lugano y al querido Rubén para que disfrute tanto él como sus vecinos y seres queridos de su vuelta al escenario.
NS: – Pero vos junto con Arturo Stabile, tuvieron la feliz idea de ponerle a la sala teatral del Lugano F.C., el nombre de Rubén Atilio Maravini.
AA: – Se lo merecía lejos, Rubén. Y no solo por su trayectoria como actor, director, maestro y más, sino por su lección de vida permanente.
NS: – A más de uno de los presentes nos sorprendió la enorme actitud y la energía de Rubén
AA: – Y sí; claro, es rotundamente explicable por aquello de que el teatro cura, porqué el teatro es milagroso. Por eso cuando vi la obra por primera vez lloré como un chico por verlo tan bien a mi querido Rubén.
NS: – ¿Y cómo sigue esto?
AA: – Cómo siempre. Seguiremos trayendo teatro a Yupanqui y ahora a la sala Rubén Maravini, también.
ARTURO STABILE (Capítulo II)
NS: – Al final te desbordó la emoción, como pocas veces te hemos visto …
AS: – Y cómo, no. Rubén es un queridísimo amigo, y si este club hoy tiene vida, es porqué él se ocupó de dársela y de refundarlo. La idea del rescate fue de él y lo seguimos.
NS: – ¿En homenaje a ese rescate surgió la idea del bautismo de la sala?
AS: – Y sí. Alberto Alesi y yo. Los dos. Rubén se lo merecía largamente porqué esta es su segunda casa hace rato y con su lucha que incluye la refundación de un tesoro como lo es un club de barrio, justifica sus méritos.
NS: – Pero aparte vos tenés un cariño especial por él…
AS: – ¿Y cómo no tenerlo por un tipo que la pelea como él, que además es un amigo de fierro? Y ni hablar de su adorable familia encabezada por Mary su querida esposa y por unos hijos maravillosos.
NS: – Y seguís emocionado…
AS: – A morir…
HUGO ASENCIO (capítulo III)
Hugo y Rubén son amigos desde su adolescencia actoral en “la tele” y en el teatro. Amigos dentro y fuera “de la cancha” hace más de 40 años. Hugo de Mataderos y Rubén de acá de Lugano. Crecieron juntos y siguen…
NS: – Y ahora vos sos su director pero no siempre fue así, ¿no?
HA: – No. En los idas y vueltas de esta profesión nuestra, en uno de nuestros tantos capítulos, el me dirigió en su obra “Proceso interior” por dos años y ahora me toca a mí dirigirlo en “Remanente Sur”.
NS: – Una gran obra, pero; ¿cómo nació?
HA: – La verdad es que la obra estaba escrita, pero después que lo convencimos a Rubén para volver al escenario la reescribí para él y siento que quedó redonda y eso se nota en la respuesta del público.
NS: – ¿Y cómo se logró la vuelta “del Rubén” (dirían los yorugas)?
HA: – Si bien nos hemos frecuentado siempre, desde que tuvo el accidente automovilístico, lo venía a visitar y a tomar unos mates con frecuencia, y así charlando juntos se me ocurrió que podía volver al escenario, y así yo que lo vi triunfar en teatro le decía; “por lo menos hacé una más”
NS: – Y la hizo y muy bien
HA: – Si, fue una hermosa sorpresa para todos, porqué además lo vimos con una fuerza renovada de su espíritu indomable. Es un fenómeno de tipo, un ejemplo cabal…
NS: – el bono extra de que la sala lleve desde ahora su nombre
HA: – Uh, si claro. Eso es mérito de Arturo y de Alberto, pero además, en el armado laburamos todos de todo. Albañiles, carpinteros, etc., etc. con Rubén incluido y eso da la pauta de este amor que uno lleva.
NS: – Y ese amor tiene un nombre, ¿no?
HA: – Sí, claro. Es el milagro que produce el arte del teatro. Sana, cura, fortalece. Sino míralo a Rubén y encontrarás todas las explicaciones.
PABLO PALACIOS (capítulo IV)
Pablo Palacios es el magnífico actor que le presta el cuerpo al querible “Julián” y es un laburante del arte de las tablas y un ciudadano de Barracas.
NS: – Se te ve emocionado…
PP: – ¡Uf, cómo para no estarlo! En principio era una función en Fray Mocho y fueron cinco, ahora esta emoción enorme del regalo desde el más absoluto merecimiento y reconocimiento de sus amigos y vecinos para Rubén, ¿qué más?
NS: – Y las fechas que se agregarán de ahora en más, a las confirmadas
PP: – Sí. Es un sueño hecho realidad que podamos seguir con lo que nació de las ganas de Hugo, Rubén, Mary, Alberto y muchos más de que Rubén vuelva a subirse a un escenario.
NS: – En la obra se te ve muy cómodo con tu papel
PP: – Sí, claro. Y tiene que ver con la comunión entre actores y autor-director que no siempre se da, pero que en este caso es perfectamente lógico por tratarse del gran Hugo Asencio, que es un profesional de primera, además de un artista enorme y de ser un tipazo.
NS: – Y de Rubén…
PP: – Obvio. Es un grande de verdad y no solo como actor, sino como modelo a seguir cuando la vida te quiere bajar los brazos con sus artimañas. Un muy querible ejemplo del que todos aprendemos y con el que hoy me enorgullece compartir el escenario
Rubén Atilio Maravini (Capítulo final)
Rubén es un tipo muy querible y extremadamente vital. Su impronta como ser humano superó a la de actor y para atrás ni para tomar impulso es su fe de vida. Hoy recibe aplausos que ha ganado merecidamente, pero no solo esta noche: hace rato.
NS: – Hoy vos sos la estrella absoluta
RM: – Soy una estrella de cabotaje
NS: – ¿Cómo estás?
RM: – Estoy muy emocionado. Esto es un sueño. Y a la alegría de traer la obra se suma esta sorpresa enorme de ponerle a la sala mi nombre.
NS: – ¿Lo esperabas?
RM: – Jamás me lo imaginé. Jamás.
NS: – ¿Algo para decir de los amigos?
RM: – Que son el motor de mi vida.
NS: – ¿Y la familia?
RM: – Ni hablar. El amor de Mary y de mis hijos y nietos son el aire que respiro.
NS: – ¿Cómo decidiste tu regreso al escenario?
RM: – Desde mis charlas iniciales con Hugo, Alberto y Arturo y las tantísimas charlas con Mary y con mis hijos que son los que me empujaron a darle para adelante.
NS: – En el escenario se te ve muy bien, tenés una fuerza especial…
RM: – Si, me sentí genial con esta hermosa obra que mi querido amigo Hugo Asencio reescribió para mí y encima con la posibilidad de trabajar con un gran actor como Pablo Palacio; ¿Qué más puedo pedir?
NS: – Se ve que el género te gusta
RM: – Me encantan las comedias dramáticas como esta
NS: – El que te conoce se sorprenderá de oírte putear tanto en la obra porqué sos de los escasos tipos que pueden hacer reír abajo y arriba del escenario sin decir una sola puteada
RM: – Si, no soy de putear, pero la verdad que putear un poquito me gusta… (Confiesa lo inconfesable entre risas)
NS: – Los que te conocen dicen que tenés un humor bárbaro e inoxidable
RM: – Si no tuviese este humor después del accidente, me hubiese muerto lo mismo pero de depresión…
NS: – Ahora que tenés teatro propio te vas a pelear con Yupanqui
RM: – No me voy a pelear con nadie, al contrario, me alegra muchísimo de que dos clubes del barrio propongan la difusión de este arte que amo tanto
NS: – Ahora, las funciones que vengan; ¿son para ejercer este hermoso oficio para el cuál dios los dotó, o porqué se van de joda los tres?
RM: – (se ríe…) Un poco y un poco. No: es genial volver a subir a un escenario.
NS: – O sea que si tenés funciones todas las semanas vas a seguir…
RM: – Sí, claro. Las que sean. Tengo ganas de seguir: como dijo Rimoldi Fraga: ¡Argentino hasta la muerte!
NS: – Como te quiere la gente… y eso no se compra ni se alquila
RM: – Si, me quieren como yo los quiero… es un regalo que me hizo la vida