en la misiva denuncian «amenazas y abandono»
SOMOS POBRES Y ESE ES NUESTRO PECADO
Los vecinos que se encuentran en el predio tomado de la Villa 20 de Lugano, -bautizado por ellos como Papa Francisco-, justamente le enviaron a este una carta denunciando haber recibido «amenazas y abandono» de parte del gobierno porteño.
Quienes han tomado el predio en reclamo de una solución habitacional, realizaron este anuncio mediante una conferencia de prensa realizada hace unas horas en la parroquia María Madre de la Esperanza, dentro de la villa 20, y de la que participó el ex decano de la facultad de Arquitectura de la UBA, Jaime Sorín, además de los integrantes del cuerpo de delegados del asentamiento, ubicado en Pola y Avenida Cruz, y el cura párroco Franco Punturo.
«Somos pobres, y ese es nuestro pecado, y lo único que pedimos es un hogar para nuestros hijos para que el día de mañana sean hombres de bien», dicen los vecinos en la misiva.
La carta continúa: «Queremos que pueda interceder por nosotros que somos despreciados por nuestras carencias, que sea nuestro defensor ante las autoridades crueles e insaciables de esta ciudad».
En este contexto, Sorín aseguró que la falta de vivienda «es el problema central de la ciudad e involucra a más de 600 mil personas», y dijo que esto «genera otros problemas en los ámbitos de la salud, el trabajo y la imposibilidad de que los chicos puedan tener una educación correcta». «El gobierno de la ciudad -aseguró- no le presta ninguna atención a esto, sino que le presta atención a aquellos barrios donde se construyen viviendas caras, viviendas para especular». Sorín aseguró que en los últimos años «vemos cómo a partir de emprendimientos inmobiliarios se desplaza gente de barrios como La Boca y Barracas y estos terminan en la comuna 8, donde hay muchas tierras públicas pero le falta infraestructura, transporte, hospitales y educación». «Esto hace que en la comuna se vayan acumulando situaciones de emergencia, que el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no está dispuesto ni le interesa solucionar», dijo Sorín. El especialista se preguntó: «¿Qué es más delito: no cumplir con la ley, como hace el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, o luchar por un derecho como hace la gente del barrio papa Francisco?». «Hay que reclamar mostrando que estos terrenos se pueden integrar a la ciudad y que son lugares a donde se pueden construir viviendas dignas», afirmó Sorín.
Por su parte, Marcelo Urquiza, integrante del cuerpo de delegados del barrio, reclamó el cumplimiento de la ley 1770 del año 2005 sobre urbanización de las villas. «Estamos reclamando que se cumpla la ley, estamos reclamando un derecho que nos corresponde, porque las leyes están para cumplirse», dijo Urquiza, y denunció que el gobierno de Mauricio Macri «no quiere invertir para la gente humilde, sino que prioriza los negocios inmobiliarios». El delegado dijo que los habitantes del barrio necesitan que el gobierno porteño «ceda los dos predios que ocupa el asentamiento para poder construir un complejo habitacional».
Urquiza relató el caso de un joven que murió en las últimas horas en el barrio Papa Francisco y su familia «debió esperar más de seis horas a que retiren el cadáver porque la policía no quería entrar, argumentando que se trata de un predio tomado». «Nuestros reclamos -aseguró- van a ser siempre en forma pacífica, por más que ellos digan que somos usurpadores».