De acuerdo al último reporte del organismo oficial, la tasa de desempleo pasó del 6,8% en el 3er trimestre de 2013 al 7,5% en el mismo período de 2014. El informe revela también que la desocupación no ha mostrado mejora en comparación con el 2do trimestre del año (7,5%) y se ubica cercano a los valores del 1er trimestre de 2013, que habían retrocedido hasta el 4to trimestre de ese año hasta el 6,4%.
En el trimestre siguiente la desocupación avanzó hasta el 7,1% y desde allí hasta el 7,5% del 2do trimestre de 2014.
Los datos corresponden a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) sobre 31 aglomerados urbanos de todo el país.
El crecimiento de la desocupación es producto de la recesión que atraviesa la Argentina. De acuerdo a estimaciones privadas, el PBI del país caería entre el 2 y el 2,5% este año.
El proceso se agrava por el cepo al dólar que limita una economia fuertemente dependiente de insumos importados. El sector automotriz es el testimonio más cabal del caso.
Además, tras la devaluación el Gobierno autorizó suba de las tasas de interés que encarecieron los créditos para la producción, lo que condicionó los planes de expansión de las empresas y con ellos la creación de nuevos puestos de trabajo.
Otro dato a tener en cuenta es que este año los salarios perdieron poder de compra al cerrarse por debajo de la inflación real, lo que impactó de lleno en el consumo, o sea en la demanda de productos que a su vez motoriza la creación de empleo.
En cuanto a las previsiones para el próximo año, las expectativas mejoran o empeoran de acuerdo a qué tan cerca esté un arreglo con los holdouts.
Un escenario de acuerdo con esos tenedores de bonos en default abriría la posibilidad de acceder a financiamiento externo que permita mejorar el nivel de actividad.
De todas formas, hay escepticismo. En su último informe, la consultora Empiria señaló que el crédito externo sólo impediría que la caída del PBI sea mayor al 2% el próximo año.