la vida del personal del SAME corrió serio peligro
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También resultó baleada una ambulancia del SAME y su personal ileso de milagro. Los heridos fueron llevados al Hospital Piñeiro y los médicos presentes amenazados por los familiares de los heridos.
Todo comenzó con una ambulancia que ingresó a la Villa 1-11-14 para asistir a una mujer. Acorde a la ley vigente, la ambulancia ingresó con un policía de la Metropolitana de escolta, pero a sabiendas de la peligrosidad de la zona, los tripulantes decidieron pedir como refuerzos a personal de Gendarmería que cubre los distintos accesos a la Villa, con los que se acercaron hasta un domicilio en un edificio de Esteban Bonorino al 2100.
Tras ese episodio, se sucedieron otros enfrentamientos que continuaron en el acceso al hospital Piñero, donde acudieron familiares y allegados a los muertos y heridos, algunos de ellos armados, e intentaron ingresar al shock room y acusaron al personal de Gendarmería Nacional apostado en el asentamiento de participar del tiroteo.
El médico ingresó a la vivienda de la paciente, mientras que el chofer y el policía permanecieron en la calle junto a la ambulancia y los efectivos de Gendarmería, circunstancias en las que comenzaron a oír disparos provenientes de un edificio situado a unos 30 metros, en una esquina conocida como «El Gauchito Gil».
Por tal motivo, se le avisó al médico que la ambulancia debía retirarse del lugar, aunque no logró hacerlo sin consecuencias, ya que a raíz del enfrentamiento recibió un balazo en uno de los laterales.
Durante el tiroteo -que según fuentes de Gendarmería y de la Policía Federal, se produjo entre bandas y sin intervención de personal de seguridad- el chofer de la ambulancia debió conducir raudamente, con las luces apagadas y casi escondido debajo del tablero para salir de la villa ileso con su compañero.
En tanto, en el interior de la villa continuaron los tiros y, producto de ese enfrentamiento, en el que los gendarmes aseguran haber realizado sólo disparos disuasivos al aire y con postas de goma, tres personas resultaron heridas y fueron trasladadas al hospital Piñero en un auto particular Fiat Siena negro.
Dos de los baleados, una mujer de 28 años y un joven de 18, llegaron muertos a la guardia, mientras que el tercero arribó herido y aún permanece internado en observación.
En tanto, un par de horas después, un cuarto baleado también proveniente de ese asentamiento fue llevado al mismo hospital en una patrulla de Gendarmería con heridas en el torso.
Las fuentes identificaron a los fallecidos como Delia Herrera (28) y Maximiliano Milessi (18), mientras que uno de los heridos tiene 17 años.
Cerca de las 4, unos 70 familiares y allegados a los muertos y heridos se acercaron al hospital Piñero, varios de ellos armados, y de forma aislada intentaron ingresar, lo que fue impedido por gendarmes y policías de las seccionales 34 y 36, que desplegaron un operativo.
El director del hospital, Cosme Pagano, dijo esta mañana a la prensa que «cuatro personas ingresaron al hospital, dos de ellas fallecidas y otro dos heridos de bala», y que familiares de estos últimos intimidaron al personal para que los atiendan.
«Esta situación es realmente preocupante, se hace muy difícil para los colegas médicos seguir trabajado así, desgraciadamente estamos perdiendo la capacidad de asombro», expresó el director médico, quien se mostró preocupado por que una ambulancia haya sido baleada cuando ingresó a un asentamiento.
«Quiero concientizar a la sociedad, acá se han perdido muchos códigos, antes había agradecimiento al profesional, ahora tiene que salir prácticamente corriendo por lo que pasa. Los profesionales están con tratamiento psicológico y uno está dudando si van a volver a la guardia la próxima semana», se lamentó.
Por su parte, el chofer de la ambulancia baleada, Claudio, dijo que el proyectil impactó a escasos centímetros de donde está colocado el tanque de oxígeno y que si hubiese pegado allí hubiese «explotado todo».
En tanto, familiares de los muertos y heridos aseguraron que los hechos se produjeron en un enfrentamiento entre gente del barrio y personal de Gendarmería.
El padre del asesinado Milessi aseguró que su hijo «había salido a dar una vuelta en moto con un amigo y que a los dos minutos lo mataron», según su amigo, en un tiroteo de gente de la villa con gendarmes.
La investigación del hecho quedó en manos de la fiscalía descentralizada de Pompeya, Luiz Giménez.
El director del Piñero, Cosme Pagano, dijo que “trabajar en las guardias médicas ahora es una profesión de riesgo”. Por su lado, la ministra de Salud porteña, Graciela Reybaud, admitió que los médicos de la Ciudad de Buenos Aires “corren peligro” y como causa señaló el avance del “narcotráfico” y los enfrentamientos entre bandas en zonas cercanas a los hospitales.