LUGANO: CLAUSURAN DEPÓSITO DE IRON MOUNTAIN

El gobierno de la Ciudad clausuró el depósito que la firma Iron Mountain tiene en el barrio porteño de Villa Lugano, frente a una escuela y a un jardín de infantes, por, entre otros motivos, no poseer un plano de habilitación y ventilación y por no tener rociadores contra incendios ni planos que concuerden con la superficie habilitada por la Ciudad.

POR LAS DUDAS

La Asesoría Tutelar 1 ante la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la ciudad había alertado que el depósito, ubicado en Saraza y Cañada de Gómez, funcionaba sin tener el certificado de inspección final de la Superintendencia de Bomberos y con al menos tres irregularidades constatadas por el gobierno porteño durante 2015.

La Agencia Gubernamental de Control porteña detalló que la firma Iron Mountain deberá ahora ajustar las instalaciones contra incendios a lo que esta declarado en el plano al tiempo que deberá dotar al local de ventilación mecánica, ya que los planos presentados no corresponden al edificio a habilitar.

Los directores de la escuela media 2 y del jardín maternal 5 acudieron a la Asesoría Tutelar de Menores para alertar sobre el funcionamiento de las instalaciones en marzo del año pasado, pero la Agencia Gubernamental de Control había encontrado algunas falencias administrativas que no ameritaban la clausura del depósito, por lo que siguió en funcionamiento.

El 5 de febrero del 2014 un incendio en un depósito de Iron Mountain en el barrio porteño de Barracas causó la muerte a 10 bomberos cuando se vino abajo una pared de más de 10 metros de alto.

A partir de este trágico siniestro los legisladores presentaron diversos informes en la que cuestionaron la habilitación que le había dado el gobierno porteño, mientras dos peritajes ordenados por la Justicia concluyeron que el incendio había sido intencional.

«EL DESCUBRIMIENTO» DE LA AGENCIA GUBERNAMENTAL DE CONTROL

En una recorrida realizada por las inmediaciones del depósito en compañía del inspector de Trabajo porteño Edgardo Castro en abril de 2015, quien había reclamado la clausura del establecimiento de Barracas en 2008 por la falta de seguridad.

«Las características constructivas en Lugano no son las que corresponden a un depósito de documentos», aseguró el inspector.

El edificio, ubicado entre las calles Saraza, Piedrabuena y Cañada de Gómez tiene, de acuerdo a Castro, «estructuras de chapa que no resisten ni cinco minutos, y techos parabólicos con membrana de material altamente combustible».

El establecimiento, que no tiene ningún cartel que indique que ahí funciona un depósito de Iron Mountain, cuenta con paredes de chapa de plástico, techos con material inflamable, cables de media tensión que ingresan desde la calle en forma aérea -cuando en casi toda la ciudad se hace bajo tierra- y a una altura bastante baja, una instalación de gas precaria y tanques de agua para combatir un incendio que están a punto de romperse.

Enfrente de esta estructura sin condiciones de seguridad se erige la Escuela de Educación Media número 2, del Distrito Escolar 20, en Cañada de Gómez 3850.

Entre las innumerables fallas de seguridad que posee el depósito, Castro precisó que «debería tener la característica constructiva de material resistente al fuego», y subrayó que «acá se almacenan toneladas de papel, y esta construcción no cumple con la ley».

Recordó que en 2007, antes que asumiera Mauricio Macri su primer mandato como jefe de Gobierno porteño, «este establecimiento fue clausurado por irregularidades, como no contar con plan de contingencia en caso de incendio».

Al respecto, destacó que «aunque el incendio sea menor, hay que tener en cuenta que hay una escuela enfrente», y aseguró que «todos los gases de combustión son tóxicos».

El inspector afirmó que «ante un siniestro o principio de incendio, la generación de gases tóxicos es inmediata», por lo cual estimó que «establecer un plan de contingencia o seguridad es bastante complicado».

También señaló que «las instalaciones de media tensión que entran a la planta no lo hacen como debieran hacerlo, bajo tierra, sino sobre la superficie».

Castro remarcó que «el cableado ni siquiera respeta la altura reglamentaria», y evaluó que «si pasa un camión con un contenedor, lo derrumba».

«Las entradas del suministro eléctrico a la planta no cumplen con la reglamentación vigente», señaló el ingeniero, quien puntualizó que «no hay acceso para bomberos en caso de siniestro, los portones son trampas mortales sin salida de emergencia».

Además, destacó que «la instalación de gas es tan precaria que ni siguiera un aficionado la haría», y puso de relieve que «las ordenanzas dicen que los establecimientos deben estar identificados con su número de expediente de habilitación del gobierno porteño, para saber de qué se trata».

«Acá no hay absolutamente ninguna identificación», indicó Castro, y explicó que «en esta planta que originalmente trabajaban 10 personas hoy hay unas 90, que llegaron luego de la clausura del depósito de Parque Patricios, apiñadas en condiciones de gran precariedad, con baños químicos y una situación de irregularidad».

El inspector del gobierno insistió con que «la construcción no reúne las condiciones de seguridad que debería reunir un establecimiento que guarda material con cierto nivel de combustibilidad», y precisó que «la ley dice que tiene que haber una resistencia estructural de 180 minutos en caso de incendio» cuando «esto está hecho de chapas que son de plástico y no resisten absolutamente nada».

También afirmó que el establecimiento «tiene que tener un diseño de seguridad interior, divisiones internas que sean contenedoras de un incendio y una serie de medidas de seguridad que no cumplen».

En consecuencia, advirtió que «si se produce un incendio, especialmente un día de viento, la pared dura cinco minutos y se genera una propagacíón importante y un impacto grande en la población».

Al compararlo con el de Barracas, incendiado en febrero de 2014, indico que «son características constructivas similares», y puntualizó que «si bien el de Lugano es más moderno, es mucho más endeble al fuego porque las paredes son de chapa, y es una estructura de hierro recticulado muy fino».

«Si hay un incendio, esta estructura no reúne las condiciones de seguridad», subrayó Castro, quien destacó que «los parabólicos están cubiertos con una membrana de aluminio, material combustible porque está con pinturas asfálticas que en caso de incendio, se prende fuego muy fácilmente y es un propagador de la llama».

También sostuvo que «gran parte de la documentación retirada del galpón que Iron Moutain tenía en La Boca, desmantelado con la complicidad del gobierno porteño, vino a parar acá adentro, donde está desparramada en forma irregular en el interior de la planta, en condiciones de inseguridad muy importantes».

«Acá evidentemente tampoco se hacen los controles que deberían hacerse como consecuencia de lo que pasó en Barracas», concluyó el inspector.

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