El Sumo Pontífice desea “una solución pacífica y democrática” en el país caribeño.
“El 5 de julio será la fiesta de la independencia de Venezuela. Aseguro mi oración por esta querida nación y expreso mi cercanía a las familias que perdieron a sus hijos en las manifestaciones callejeras”, afirmó el máximo referente de la Iglesia católica.