Los trabajadores de la cooperativa confirmaron que en enero de 2018 deberán mudar el restaurant a otra locación, ya que no pueden renovar el contrato de alquiler en el actual ubicado en la calle Corrientes.
El abogado de la cooperativa confirmó que “el conflicto en torno al inmueble estuvo desde que se inició la explotación a cargo de la cooperativa hace tres años, y se debió a que el contrato de alquiler se inició en julio de 2014 con la Ley de Locaciones Urbanas vieja, que establecía un plazo de tres años de duración de los contratos. Esos tres años se vencieron en julio de 2017, y fue imposible establecer un nuevo plazo, por lo que lo único que quedó fue abandonar el lugar, ya que los dueños no quisieron renovarlo”.
Por su parte, el presidente de la cooperativa, Mario Romero, comentó que “hasta el 2015 veníamos bien, el consumo era alto, y facturábamos bien, pero después vino el aumento de tarifas, caída del consumo e incremento en las mercaderías, y tuvimos que recortar muchos gastos. La única manera sostenerse fue achicando nuestros retiros. Ahora estamos tratando de tramitar un subsidio en el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social para poder emprender otro negocio para acomodar a toda la gente. La idea es que nadie se quede afuera”.