Luego de la maratónica sesión en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, el diputado Leandro Halperín (Evolución) planteó los cuestionamientos y consensos reflejados en la reforma del Código Contravencional. «El resultado final de lo que se votó ayer dista mucho de lo que presentó el Poder Ejecutivo», tras incorporar a todos los que querían opinar y los aportes de los distintos bloques durante el extenso debate en la Comisión de Justicia (presidida por Daniel Presti).
Si bien consideró un avance que los espectáculos a la gorra no hayan sido establecidos como una contravención, «que ruidos molestos pueda serlo- es decir que la autoridad decida cuando molesta aunque no haya ningún particular afectado- lo consideramos un desacierto profundo». Por lo tanto, fue uno de los puntos sin consenso y el oficialismo lo aprobó en soledad.
En el caso de los cuidacoches, Halperín explicó que la propuesta planteaba el arresto de la figura básica y no preveía ningún tipo de autorización posible. Sin embargo, persistirá la posibilidad de permisos en algunos casos; la figura básica no tiene arresto, sólo multa; el juez tiene la obligación de poner a disposición los recursos del Estado para que las personas que cometieron la contravención se inserten en el mercado laboral formal.
En este punto, destacó la incorporación de la figura del «estado de necesidad justificante como causal de inimputabilidad». Esto significa que «cuando alguien realiza esta actividad en situaciones de emergencia- como la que claramente tiene nuestro país y es el único recurso que tiene- el Estado no debe sancionarlo y debe ofrecerle los recursos» para introducirse al empleo.