A una semana de las medidas económicas adoptadas por el ministro de Hacienda Hernán Lacunza, los efectos colaterales siguen provocando cimbronazos en diferentes sectores de la economía. En el día de ayer, representantes de las diferentes cámaras inmobiliarias le reclamaron al presidente del Banco Central, Guido Sandleris, medidas para permitir mayor libertad para evitar las limitaciones de dólares para realizar las operaciones de compra-venta.
Es que, a partir del lunes a partir de la imposición del control de cambios, se paralizaron alrededor de 100 operaciones con créditos hipotecarios, en un contexto en el que la crisis originada en 2018 provocó que el primer semestre tuviera operaciones al mismo nivel que en 2015. «Era un mercado que ya venía mal, la caída de las ventas producto de la desaparición del crédito hipotecario y la suba de las tasas provocó una caída del 50 por ciento», advirtió en diálogo con Frecuencia Zero el presidente de la consultora Reporte Inmobiliario, José Rozados.
En este sentido, el especialista reconoció que no anticipa un panorama positivo ya que para una reactivación es necesario que los precios de los inmuebles bajen y los propietarios no están decididos a tomar esta posición. «La contracción del sector va a ser peor, es un mercado dentro del cual los dueños no tienen la necesidad imperiosa de desprenderse de su propiedad. se resiste a bajar de precio y distorsiona la situación», manifestó.
Según las cifras del Banco Central, el monto total por los créditos que debería habilitar para permitir los dólares para las transacciones inmobiliarias, representaría un costo de 38 millones de dólares. «Es necesario macroestabilidad para que se tomen decisiones y se pueda atravesar una proyección de costos, valores, demanda, y eso es muy díficil de lograr en el país», concluyó.