A raíz de los casos de coronavirus, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, ordenó «restringir todas las actividades de alta concentración de gente que no sean esenciales para el normal funcionamiento» del distrito. Esto representa la prohibición de recitales, eventos de gran concentración de público, actividades para turistas y la presencia de personas en los espectáculos deportivos.
Frente a esta pandemia, declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la comunidad tanguera se adelantó a Rodríguez Larreta y al presidente Alberto Fernández, quien declaró la emergencia sanitaria por un año a nivel nacional, y frenó las actividades de un símbolo porteño, hasta el 25 de marzo. Lo que significa que no habrá milongas, prácticas, shows, clases grupales y festivales. «Somos consientes de nuestra responsabilidad social. Por eso, elegimos cuidarnos entre todos», argumentaron mediante un comunicado.
El presidente de la Asociación de Organizadores de Milongas (AOM), Julio Bassan, justificó la decisión ante dos factores. En primer lugar, la presencia de público extranjero, proveniente de las zonas afectadas; y en segundo término, lo que implica la actividad: la cercanía de los cuerpos al bailar tango.
En este sentido, Bassan contó que hubo 10 contagiados en Europa durante un festival. «Se les pidió que hagan cuarentena, y 30 italianos, de los 110 que deberían haber quedado en cuarentena, se vinieron para acá y estuvieron pululando por algunos lugares», expuso. Por eso, «actuamos de urgencia para evitar cualquier propagación de este virus».
A pesar de las consecuencias económicas, afirmó que priorizaron la salud de los trabajadores y espectadores. «Esta pausa es para ver cómo se desarrolla. Necesitamos el apoyo de los Ministerios de Cultura de Ciudad y Nación para poder resguardar el patrimonio. Esperamos un acompañamiento en todo esto», subrayó el referente, quien señaló la anticipación de la medida por falta de respuestas oficiales.