Los contagios son más numerosos en los barrios más vulnerables de la ciudad.
Las medidas de prevención y el aislamiento en los asentamientos contrasta con la realidad de muchos barrios porteños, donde los recursos de sus habitantes permiten un mayor acatamiento a las disposiciones gubernamentales y existe más acceso a herramientas preventivas, profilaxis e higiene.
A causa del hacinamiento y la alta densidad demográfica, el distanciamiento social es muy difícil de cumplir. A esto se le suman las interrupciones ocasionales del suministro de servicios. En los últimos días, vecinos, referentes barriales, organizaciones sociales y un grupo de legisladores denunciaron falta de agua potable y cortes de luz.