Según el Ministerio de Salud de la Nación, 41.754 personas se infectaron con dengue desde agosto de 2019 hasta la primera semana de mayo. Del total, 38.181 son con nexo epidemiológico y sin antecedentes de viaje (2.267 están en investigación). Además, se confirmaron 24 fallecimientos (13 son analizados): 8 eran mujeres y 16 varones.
De esta manera, el Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola (IMYZA) del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Castelar desarrolló un biolarvicida líquido, elaborado a base de Bacillus thuringiensis israelensis (Bti), para el control del mosquito transmisor. Esta formulación está disponible para ser licenciada a empresas interesadas en producirlo y comercializarlo.
Además, este biolarvicida es inocuo para el ambiente, por lo que es seguro para personas, animales y otros insectos beneficiosos, y se puede incorporar en agua potable, respetando las indicaciones de las dosis recomendadas. Se puede usarlo permanente porque la radiación solar lo elimina del medio. Una vez aplicado y expuesto al sol, debería ser repuesto cada 10 o 15 días, aunque también encontraron una mantención de hasta 30 días (con ambientes acuáticos sombreados o semisombreados).
Diego Sauka, responsable del laboratorio Insumos Bacterianos e investigador INTA– CONICET, explicó que este producto se aplica sobre los cuerpos de agua donde se desarrollan las larvas. En ese ámbito, se enfrentan con la formulación líquida, lo ingieren y a las pocas horas mueren por su efecto tóxico. «No va a actuar sobre el mosquito adulto», indicó.
«Es una herramienta más para incluir en los programas de control de mosquitos», consideró Sauka. Es su aplicación es para lugares donde no se puede eliminar la fuente de agua. En caso contrario, mencionó como método al descacharreo. «Generalmente, no es para uso doméstico», agregó en diálogo con FRECUENCIA ZERO.
Si bien existen varios productos extranjeros, este biolarvicida tiene un protocolo de fabricación con insumos más económicos y de mayor acceso. «Para lograr un resultado tan o más eficaz que los importados», aseveró el especialista. Al mismo tiempo, lo diferenció de los insecticidas químicos porque está hecho con una bacteria «que se caracteriza por ser patógena de larvas de mosquitos», en especial de las provenientes del Aedes aegypti.