Review Emma: Lost in Memories, el que quiere “Celeste”…

Del estudio catalán SandBloom, llega a la Switch un puzzle platformer súper indie que ya desfiló en prácticamente todas las plataformas actuales y trata de hacerse un hueco en el género con algún que otro truco bajo la manga.

Emma: Lost in Memories ahora está disponible para Nintendo Switch, PlayStation 4, PS Vita, Steam, iOS y Android.

Si alguna vez se interesaron por el diseño de videojuegos, probablemente el primer instinto a la hora aprender a manejar un entorno de desarrollo haya sido hacer su primer platformer. Tradicional, pero sinónimo incuestionable de un juego con todas las letras, es por eso que varios de estos proyectos continúan su ciclo de vida más allá del hobbie y se terminan convirtiendo en juegos publicados. Esto hace que el género se mantenga tan abundante sea cual sea la época, y a diferencia de otros más de nicho como las aventuras de point-n-click, los plataformas siempre van a existir.

Emma: Lost in Memories se pone a prueba en este género a través de su protagonista, una chica que abandona su hogar para perseguir a una lechuza mágica. El viaje la llevará a subir una montaña, y la simpleza de su historia poco a poco se volverá más introspectiva y reveladora. Inmediatamente empezamos a ver similitudes con la inolvidable joyita indie del 2018: Celeste, otro platformer muy ágil contra el que es muy difícil compararse y salir victorioso. En especial durante los niveles del primer mundo, todo parece señalar que Emma podría ser un simple clon de este juego, pero es cuando empezamos a llegar a los niveles más avanzados que comprendemos el fuerte hincapié que hacen los desarrolladores en otras cuestiones.

Lo primero que descubrimos de Emma es que no podemos realmente controlarla como nos tiene acostumbrado cualquier platformer, más que para decirle cuando empezar a correr. Esto es raro para un género casi puramente basado en el control, y nos hace parar un poco las antenas, temiendo una experiencia más cercana a un runner de mobile que a otra cosa. Pero a lo mejor habría que poner eso a un lado para ver lo que los desarrolladores realmente tienen planeado para esta aventura: como dijimos, Emma: Lost in Memories no es solo un platformer sino uno del subtipo puzzle platformer. Esto quiere decir que no solamente podemos vencer los niveles usando destreza y velocidad, sino rompiéndonos mucho la cabeza antes de tomar cualquier decisión difícil. Acá es donde triunfa el desafío, porque muchos de los niveles nos van a obligar a detenernos unos momentos al principio y contemplar el layout, como si fuese un laberinto que tratamos de descifrar leyéndolo desde la meta hasta el comienzo.

Todos los puzzles van a girar en torno a una única mecánica, que es la desaparición de paredes y plataformas a medida que se las van pisando. Esto se combina bien con el control de tipo runner ya que todo el trabajo va a estar principalmente enfocado al correcto emplazamiento de los saltos. Mientras más grande resulta el nivel, más obstáculos a tener en cuenta y maneras de caerse. Pero los elementos del mundo no van a ser las únicas cosas que desaparezcan en el juego, sino que nuestras habilidades (deslizarse, trepar y el buen doble salto) también van a ir desvaneciéndose en los mundos posteriores, haciendo que el enfoque a tomar sea altamente dinámico y nos tenga siempre desacostumbrándonos y reacostumbrándonos a los controles del juego.

Esto es algo resulta tan arriesgado como original. Lo más habitual en cualquier juego es ir ganando poderes o mejoras a medida que avanzamos en la aventura… ¿pero perderlos? Eso no es algo que se ve a menudo debido a lo difícil que es arrebatarle al usuario las maneras de jugar que tanto tiempo le tomó aprender, sin frustrarlo en el proceso. Pero sin dudas esta decisión es valiente y eleva la apuesta, haciendo que tengamos que replantearnos las tradiciones de progresión que venimos experimentando en los juegos hace tanto tiempo.

El desafío también va a venir de la mano de los coleccionables: por cada nivel, una pluma ubicada en lugares estratégicos que le dan todo el sentido a la dificultad de los escenarios, haciendo que no recolectarlas equivalga a desperdiciar la parte más divertida del juego. Además, a mayor número de plumas, más niveles ocultos desbloquearemos para el post-game, así que serán indispensables en todo sentido.

Por otro lado, el apartado artístico es probablemente el talón de Aquiles de este título. Si al principio lo comparábamos un poco con Celeste, acá es donde se marca más la diferencia. Los estilos de arte no se sienten siempre coherentes, pareciéndose más a esos placeholders que se dejan en las versiones alpha un juego que a los sprites finales con los que se lo publica.

Muchos de los fondos, que ya de por sí no son demasiado elaborados, están condenados a verse terribles por una falta de resolución (quizás algo heredado de su versión mobile) y sobre todo en modo dock la pixelación resulta muy evidente. La música, que está bastante bien, desaparece por varios de los niveles centrales y nos hunde en un silencio que no sabemos si es intencional o un error de playback. Esto sumado a una historia que es bella pero elemental, hacen que el juego parezca inacabado, y es una lástima porque el gameplay sin dudas tiene lo suyo, y nutrido de estos elementos hubiese aportado a una obra muy redonda.

Conclusión

Emma: Lost in Memories le pone todas sus fichas al gameplay, con una estructura original pero arriesgada que se empieza a vislumbrar recién ya habiendo recorrido varios niveles. Es probable que esto pierda a los jugadores que lo comparen prematuramente con un simple clon de Celeste, pero las cosas empiezan a ponerse interesantes en los siguientes mundos y el juego termina dándonos un lindo desafío.

A nivel arte e historia, si bien cuenta con los elementos mínimos para un título de itch.io dedicado a una Game Jam, para un producto final está un poco lejos de los estándares a los que nos tienen acostumbrados los indies de hoy, y un tiempito más de horno no le hubiese hecho nada mal.

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