Hasta 1930 la pelota de fútbol era de tiento lo que la hacía bastante pesada y peligrosa. Los jugadores usaban boinas para no resultar heridos al recibir un pelotazo. En Bell Ville (Córdoba), tres amigos inventan la válvula y la costura invisible que sirven para mejorar el balón, lo vuelven más esférico y más liviano. El 25 de mayo de 1931 se estrena en un partido entre los dos equipos de la ciudad.
El puntapié había sido dado y la posibilidad de iniciar una industria que convirtiera al lugar en un sitio pujante y exitoso y que eso redituara a sus habitantes. Pensando, además, que no sólo el fútbol utilizaría esa mejora sino, también, los otros deportes que se practican con pelota: básquet, volley. Pero no fue más que un sueño. Y con esa historia y ese sueño se construye La Superball.
Partiendo del Club Atlético Argentino, y a partir de imágenes y entrevistas propias a los que fueron coetáneos de ese “nacimiento” y a los descendientes de esos hombres y mujeres, la emoción de esos tiempos impregna el documental con un montaje que incorpora con inteligencia el material de archivo. Los amantes del fútbol disfrutarán, además, de la palabra de otro bellvillense famoso: “el Matador” Mario Alberto Kempes, campeón mundial con la selección argentina del 78.
Pero no todo queda en la emotividad, lo social aparece en lo que significan simbólicamente esos clubes de barrio, en los testimonios de los dueños de las fábricas de pelotas casi artesanales que pelean contra el abaratamiento de la industrialización casi esclavista del sudeste asiático, en el laburo de las “cosedoras” (mujeres que “cosen el fulbo” para sostener económicamente sus familias).
El documental sabe conjugar un pasado de sueños con un presente maltrecho, con emoción pero sin romantizar lo que fue ni cargar las tintas en los padecimientos pero tampoco esquivándolos.
La superball es un documental para todos, no sólo para los fanáticos del fútbol. Para conocer nuestras historias y nuestros sueños inconclusos.