Según el INDEC la crisis que desató el coronavirus provocó un ascenso de los índices de pobreza e indigencia.
La crisis económica que atraviesa el país volvió a visibilizarse a causa de la pandemia y arrojó un crecimiento que llevó el número al 40.9%, lo que significan 11.7millones de personas que se encuentran bajo la línea de pobreza y, de ese total, el 10% son indigentes, que no pueden acceder a la canasta básica alimentaria (2.9 millones de personas).
Los datos fueron tomados por el INDEC en 31 aglomerados urbanos y corresponden al primer semestre del año. En la comparación interanual la pobreza subió 5.5 puntos porcentuales. En la misma fecha del año pasado, la cifra indicaba que la pobreza se encontraba en el orden del 34.5%, y la indigencia pasó del 7.7% al 10.5%, que significa un aumento de 2.8 puntos porcentuales.
Según explica el informe, el ingreso total familiar promedio de los hogares pobres fue de 25.759 pesos, mientras la canasta básica total promedio, que determina la línea de pobreza, alcanzó los 43.785 pesos, por lo que la brecha se ubicó en 41,2 por ciento, el valor más alto desde 2016, por cuarto semestre consecutivo.
Una vez conocidos los números el Ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, adjudicó el crecimiento de los índices a que «hay nuevos pobres a partir de la pandemia» sumada a «una pobreza estructural», de personas que ya estaban en esta situación. En tanto sostuvo que «primero hay que rescatar a los que cayeron en la pobreza porque se quedaron sin trabajo o perdieron sus ingresos y luego hay que poner el foco en niveles de pobreza núcleo altos desde hace mucho tiempo».