Luego de una amplia victoria electoral, el nuevo mandatario boliviano recibió la insignia presidencial de manos de su vicepresidente David Choquehuanca, quien había jurado ante él en la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia.
En un recinto colmado, Luis Arce, juró «por los próceres de la independencia, por nuestra Madre Tierra, por los dioses de nuestros ancestros, por nuestras hermanas y hermanos que dieron la vida por la democracia y por la igualdad entre todos los seres, desempeñar las altas funciones como presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, en estricto cumplimiento de la Constitución Política del Estado y las leyes del Estado Plurinacional de Bolivia».
«Si así lo hace, que nuestros próceres de la liberación, que nuestros héroes contra el Estado colonial y el pueblo boliviano lo premie, caso contrario lo castigue. Queda, hermano, usted posesionado como presidente del Estado Plurinacional de Bolivia», completó Choquehuanca entre aplausos.
Durante su discurso, Arce, se refirió a lo sucedido en Bolivia a partir del Golpe de Estado y dijo que fue “una guerra interna y sistemática contra el pueblo, especialmente contra los más humildes. Se sembró muerte, miedo y discriminación, recrudeció el racismo, la persecución contra dirigentes del MAS y de los movimientos sociales, hubo muertos, heridos, encarcelados, perseguidos, asilados y exiliados”.
También mencionó las masacres de Sacaba y Senkata, ocurridas a pocos días del Golpe en noviembre del año pasado y se refirió a los protagonistas como “símbolo de dignidad y resistencia”, y homenajeó “a los caídos, a los héroes del pueblo que han recuperado la democracia”.
En tanto dijo que: “Esperamos ser recordados como el gobierno en el que el pueblo boliviano se levantó para recuperar la democracia, la dignidad, la paz, el crecimiento, y la justicia social”.