La columna de Andrea Blumtritt nos lleva hoy a la actualidad internacional afectada por la pandemia. Uno de los temas que se debate en los medios y en los gobiernos, es la reducción de la cantidad de vuelos internacionales. No solo en nuestro país se han reducido los vuelos a Brasil en un 50%, a México en un 30% al igual que al Caribe y a Europa.
En la Unión Europea la complicación es mayor aun, Reino Unido, Holanda y los Países Bajos, tanto como Alemania, se plantean reducir casi a 0 el tráfico internacional. Solo se permiten los viajes esenciales. Motivos de salud, seguridad y trabajo en industrias esenciales. Incluso están pensando en restringir al máximo la circulación interna también.
Esta tercer ola, tiene las complicaciones por las cepas nuevas, el invierno muy crudo y la espera de las vacunas. Es que las empresas productoras no dan abasto con la producción necesaria. Los porcentajes de la distribución son mucho más bajos que los acordados. La sobrecarga de demanda ha superado la cadena de producción y sus sedes, que no coinciden con el país que detenta la patente de la vacuna. Por ejemplo, la de Oxford se producirá en México y Argentina y el proceso es parcializado y compone una cadena de producción para arribar al producto final con entregas de procesos parciales por cada país productor. Similar a una cadena de montaje. Se necesita una infraestructura asentada en la producción de fármacos. Se necesita también, una transferencia tecnológica que excede la urgencia de esta pandemia.
Este problema de provisión atraviesa a todo el mundo y no es un problema regional de Sudamérica. Otra gran preocupación de la OMS es la provisión de vacunas a aquellos países que no puedan comprar las vacunas para lograr vacunar a la mayor parte de la población mundial para controlar el virus. África es la gran preocupación, no hay estadísticas fidedignas y su pobreza estructural no da certezas de los efectos pandémicos. Sin embargo, en la segunda ola ha triplicado los contagios y las muertes y superado la media mundial en el número de fallecidos. A esto se suma la variación de la cepa que ha empeorado las condiciones de control de la contagiosidad y del índice de mortalidad.
Cada estado en el mundo lucha contra la pandemia con sus estructuras y recursos. En nuestro país, la atención médica en universal, obligatoria y gratuita provista por el Estado. En el resto del mundo, la atención médica y sanitaria es privada y muy onerosa.