La escritora Beatriz Sarlo se arrepintió de haber dicho que la provincia de Buenos Aires le había ofrecido inocularse “por debajo de la mesa”, pero criticó que el Estado provincial no le había informado quiénes más participarían de la campaña de concientización.
Asimismo, resaltó que la notificación no le había llegado como un plan estatal y que en el mail no había información sobre cómo y cuándo se llevaría a cabo la idea.