Tras el comienzo de clases y la vuelta a las aulas se han dado distintas discusiones, una de ellas fue el temor de perder la vacante del alumno si la familia prefería continuar con la virtualidad.
En ese contexto se presentó un amparo judicial que les permita decidir a las familias sobre la educación de sus hijos. La medida se presentó ante la justicia porteña contra el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para que los estudiantes no tuvieran la obligación de asistir presencialmente a las aulas y que las instituciones educativas garanticen el acceso a la educación por vía remota.
Entre los distintos casos que se presentaron a abogados, existe el de los padres del Colegio Mariano Acosta, que no tuvieron inconvenientes con el establecimiento ya que comprendió perfectamente su reclamo.
Mariana Ruibal, madre de la comunidad educativa del Acosta, señalo “antes de que comiencen las clases planteamos la posibilidad de que nuestros hijes no asistan presencialmente con un grupo de padres del colegio. Al no tener respuesta presentamos una amparo” y lo que sucedió cuando llegó la hora de la vuelta a las aulas es todos quedaban eximidos de la presencialidad obligatoria. Tanto para los que tienen una enfermedad de riesgo o algún familiar conviviente del alumno con esa problemática, como el que no.
Además, Ruibal hizo referencia a la organización en la dinámica de las clases virtuales “lo cierto es que si bien la presencialidad no es obligatoria, no todes les niñes que acceden a la virtualidad tienen los mismos beneficios de quienes van al aula”.