Estados Unidos y Rusia acordaron ayer el regreso al trabajo de sus embajadores en ambos países, tras la reunión de los presidentes Joe Biden y Vladimir Putin en la cumbre del G7 en Ginebra.
Por su parte, Biden advirtió que Moscú y Washington DC eran dos grandes potencias que trataban de determinar un interés mutuo y en dónde podían cooperar. A la vez recalcó que la relación debía ser «predecible».
En el principio de su gestión, Biden tildó de «asesino» a putin, por lo que el Kremlin retiró a su embajador en Estados Unidos, Anatoly Antonov. En respuesta, la Casa Blanca obligó a su enviado en Rusia, John Sullivan, a retornar a la capital estadounidense.