El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aclaró que Rusia cumplirá con lo pactado con Argentina, aunque advirtió que priorizará la inoculación en su país.
No obstante, el funcionario de la administración de Vladimir Putin reconoció que se había producido un retraso en el envío de sueros del segundo componente, y remarcó que estaba en contacto con la Casa Rosada para solucionar los «problemas que surgen».
Ayer, el periodista Carlos Pagni publicó en el diario La Nación una carta emitida por la asesora presidencial Cecilia Nicolini el 7 de julio, en la que se amenazaba al Estado ruso con romper el contrato vigente si no llegaban a Ezeiza las segundas aplicaciones correspondientes.
A la vez, Nicolini se adjudicó la autoría del texto en una entrevista con Radio Con Vos. El documento señaló que Argentina había hecho todo lo posible para que el proyecto de la Sputnik V funcionara, pero que el Instituto Gamaleya no dejaba opciones.
Al mismo tiempo, la representante argentina recalcó en la nota el único pedido del presidente Alberto Fernández había sido que la aprobación de los inoculantes fraccionados en el laboratorio Richmond fueran aprobados antes del 9 de julio, para poder hacer anuncios en el discurso por el Día de la Independencia.
Sin embargo, la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, remarcó en una charla con El Destape Radio que el escrito se había redactado con el objetivo de presionar a Rusia, y que Richmond había aumentado la producción luego del envío del correo. Al mismo tiempo, el pasado 12 de julio, llegaron a Argentina 550.000 segundas dosis desde Moscú. El área dirigida por Vizzotti cuenta con 11.868.830 inmunizantes enviados desde Moscú, de los que 9.375.670 eran de la primera aplicación y 2.493.160, de la posterior.