Ghost of Tsushima Director’s Cut Review: Honor y objetos coleccionables

El genial juego de mundo abierto producido por Sucker Punch, Ghost of Tsushima llega en su versión completa y probamos la versión de PS5; con la espada afilada y el sake frío te contamos las novedades.

Esta nueva versión del Ghost of Tsushima, subtitulada Director’s Cut pero que nada tiene que ver con la expresión utilizada en el cine, nos trae el juego base editado en julio del 2020, el modo multijugador Legends y la flamante expansión Iki Island, que agrega un capítulo extra a la aventura, con su propia historia, personajes y actividades.

Además, en PS5 se agregan los saltos de calidad ya vistos en otros títulos pasados de PS4 a su hermana mayor: tiempos de carga casi inexistentes (una experiencia transformativa en juegos de mundo abierto), gráficos 4K a 60 fps y  utilización exhaustiva de las propiedades del joystick DualSense. Para aclarar un poco las cosas:

La pregunta del millón (o de los “x” dólares) entonces es, ¿vale la pena?.

Las aventuras de Jin Sakai con los alucinógenos

En el juego base los paisajes son majestuosos y hacen que repetidamente nos tengamos que detener a admirar el movimiento de las hojas de los árboles, o la puesta del sol, o la luna en una noche fresca; la nueva isla, Iki, no desentona y nos entrega costas oscuras con barcos encallados, colinas, bosques, y asentamientos reclamados por la naturaleza.

La presentación audiovisual es fenomenal, lo que hace tolerable hasta la más insípida de las actividades (que no abundan pero siempre están presentes en este tipo de juegos). Dicho esto, el principal atractivo de la expansión creo que está en la nueva historia. Esta se enmarca en una nueva amenaza Mongol, que nuestro héroe Jin Sakai quiere detener antes de que haga pie en la isla de Tsushima, por lo que viaja a la cercana isla de Iki en busca de su líder, “The Eagle”. Pero como Iki fue escenario de hechos trascendentales en la vida de Jin y de su clan, la narrativa termina siendo más personal y emotiva, y le agrega otra dimensión al bueno de Jin, que por momentos en el juego original pecaba de demasiada estoicidad (como todo buen samurái).

Los flashbacks también aportan una buena cuota de misticismo que nunca está de más en la ficción. Dentro de todo, la historia principal dura unas 4 o 5 horas, y para completar el resto de las actividades necesitaremos unas 10-12 horas más.

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