El ministro del Interior, Eduardo de Pedro, y los encargados de los ministerios bonaerenses pusieron sus renuncias a disposición del presidente Alberto Fernández y del gobernador Axel Kicillof.
En el discurso posterior a las elecciones, el mandatario destacó que el Ejecutivo había escuchado el veredicto de la ciudadanía, y que sabía que habían habido errores que no se debían haber cometido. Al mismo tiempo, advirtió que había trabajado por la felicidad de la población, pero que su gestión había sido insuficiente.
Al día siguiente, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, remarcó en una entrevista con la radio Urbana Play que no se discutían cambios en el Gobierno y respaldó al ministro de Economía, Martín Guzmán, uno de los más discutidos en los últimos meses por el sector de la vicepresidenta Cristina Fernández. Sin embargo, De Pedro presentó su abandono al puesto.
En tanto, la encargada de la parte de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Agustina Vila, afirmó que Kicillof tenía a disposición el lugar de todos los funcionarios, y que ninguno de ellos era imprescindible.
En la misma línea, el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés Larroque, remarcó ayer en una entrevista con El Destape Radio que había que reperfilar al Frente de Todos (FdT) y que el peronismo debía hacer peronismo. También, en Santa Cruz, la gobernadora Alicia Kirchner le pidió la renuncia a todo su Gabinete.
En las PASO, el FdT cayó en más de 15 provincias contra la alianza Juntos por el Cambio (JxC), que, con la suma de los votos de los candidatos Diego Santilli y Facundo Manes, acumuló un 38% en Buenos Aires, contra el 33% del oficialismo.