Hideo Kojima y compañía lanzaron para PS4 y PS5 la edición definitiva del Death Stranding con leves mejoras y elementos nuevos que transforman la experiencia… ¿para mejor o para peor?
Death Stranding: Director’s Cut está disponible para PS4 y PS5
Nuevos lazos
Al momento de ver la luz a fines del, visto desde hoy, idílico 2019, Death Stranding resultó ser un juego bien recibido pero algo divisivo. La crítica alabó su apartado audiovisual y la originalidad de su jugabilidad al mismo tiempo que se le reprochaba ser un poco aburrido (pueden leer la opinión de Lucho Mezher por acá: https://bitwares.net/review-death-stranding-uniendo-el-espiritu-al-cuerpo/ spoilers: él lo amó. Después de todo, nos la pasamos gran parte del juego caminando de un lugar a otro llevando encomiendas, una especie de (seguro no soy el primero en hacer esta comparación) simulador de Rappi post apocalíptico.
No se puede negar que por momentos el juego es monótono, pero dentro de esta monotonía se esconde el alma del título. Esta nos permite desconectar, respirar y pasar unos instantes contemplativos que contrastan de manera efectiva con los momentos Kojimaianos llenos de acción, terror y elementos bizarros. Estas ondas de calma y tempestad atraviesan tanto la jugabilidad como la historia, en la que al mando de Sam Porter Bridges, un hombre solitario y callado, tratamos de unir, de volver a conectar los asentamientos de una USA devastada.
Es curioso entonces que quizás en respuesta a las críticas se hayan agregados en este Director’s Cut dos elementos que aceleran el proceso de llevar los paquetes de un punto a otro: una catapulta y un Bot. La primera funciona como es de esperar, la cargamos con nuestra mercancía y la disparamos a media distancia, ideal para atravesar montañas o ríos anchos sin caernos y sin daños. El segundo es el cambio más radical; el Bot puede acompañarnos durante nuestra travesía cargando paquetes extra, o podemos directamente enviarlo (lleno) al destino designado, y hasta puede cargar a Sam (!) además de los paquetes. Básicamente le agrega al juego un piloto automático, algo que extrañamente se siente un poco contrario a la filosofía del juego pero que en última instancia es opcional y está disponible recién a mitad del juego.
The Final Cut
Como toda edición completa esta versión agrega varios ítems extras o cosméticos incluidos los introducidos en PC (Half-Life y Cyberpunk 2077) y un par de modos de juego nuevos. Los modos son dos, un campo de tiro en el que podemos probar todas las armas del juego y que incluye misiones VR reminiscentes de las de la saga Metal Gear, y una pista de carrera algo decepcionante ya que no tiene mucha variedad y los controles son algo inestables.
Además hay un capítulo extra de historia que transcurre en un escenario nuevo; nada extraordinario pero es bienvenido, sobre todo por la obvia referencia a Metal Gear Solid.
En PS5 tenemos dos opciones gráficas, 4K escalado a 60 FPS o 4K nativo a 60 FPS menos estables. Ambos funcionan muy bien y como siempre queda a gusto de cada uno. Finalmente los tiempos de carga son menores gracias al SSD y el DualSense aporta una cuota más de realismo gracias al haptic feedback. La banda sonora no sufrió cambios y sigue siendo perfecta.
Conclusión
Death Stranding definitivamente no es un juego que se pueda recomendar de manera general. La jugabilidad es refinada pero sumamente particular, y Kojima es siempre original y siempre un poco demencial.
Para aquellos que ya conocen al bueno de Hideo y no los asusta la idea de aburrirse con propósito y estilo (aclaro, hablo de aburrirse de manera positiva; no todo en la vida es diversión absoluta), o aquellos que buscan una gran historia de ciencia ficción, el Director’s Cut los espera con los brazos abiertos.